Entrevista:MIGUEL ÁNGEL SEBASTIÁN | Obispo español en Chad

"Donde vivo, la noria es tecnología punta"

Miguel Ángel Sebastián (Zaragoza 1950) dice con orgullo que es chadiano. En 1977 pisó ese país centroafricano (quinto en extensión del continente; 9,5 millones de habitantes; esperanza de vida, 48 años) y hoy es obispo comboniano de Lai, diócesis del sur con 250.000 personas sin hospital. "Nos hemos metido en el lío de construirlo", dice. "Un cristiano no puede estar siempre rezando: hay que trabajar para que la propia gente cambie las cosas". Está en España para la campaña de Manos Unidas Norte-Sur: un futuro común.

Pregunta. Los medios informativos plantean que África es...

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Miguel Ángel Sebastián (Zaragoza 1950) dice con orgullo que es chadiano. En 1977 pisó ese país centroafricano (quinto en extensión del continente; 9,5 millones de habitantes; esperanza de vida, 48 años) y hoy es obispo comboniano de Lai, diócesis del sur con 250.000 personas sin hospital. "Nos hemos metido en el lío de construirlo", dice. "Un cristiano no puede estar siempre rezando: hay que trabajar para que la propia gente cambie las cosas". Está en España para la campaña de Manos Unidas Norte-Sur: un futuro común.

Pregunta. Los medios informativos plantean que África está peor que antes de las independencias.

Respuesta. Dan una imagen de África de miseria y guerra: es falso. Y silencian que la esclavitud lo destrozó todo; que luego vino el colonialismo y hoy el neocolonalismo. África sólo es independiente políticamente. Pero también el mundo rico depende de las multinacionales. Se habla de África como pasto de corrupción. Pero ¿quién corrompe? Todo llega de Occidente.

"Por ahora a la gente no le llega nada del maná del petróleo hallado en el sur"
"Los medios dan una imagen de África de miseria y guerra: es falso"

P. Tras tantos años allí, ¿ve cambios para bien en Chad?

R. Ya no hay guerra civil, la gente respira, incluso empieza a defenderse: en Lai han logrado echar a las autoridades corruptas. Y hay avances: bicis, carros de bueyes, una carretera asfaltada, agua potable... Pero el 80% de la población es joven, y no ven futuro. Como el poder les ignora, se vuelven a la Iglesia ¡y nos piden demasiado! Pero lo intentamos. Queremos crear ese hospital, escuelas de formación profesional, y mostrarles que se puede vivir sin estar siempre pendientes del cielo.

P. ¿Es zona sedienta?

R. Hay sequías, pero también hay agua bajo el suelo. Cultivan arroz y podrían prosperar, pero el regadío es un problema. Una motobomba se avería y no hay repuestos. Por eso tratamos de que vean que una noria pueden ser la solución. Donde vivo, una noria es tecnología punta.

P. ¿Valen los microcréditos?

R. Estamos creando cajas de ahorro. Un microcrédito es ayuda exterior, y preferimos que el impulso salga de la propia comunidad. Las mujeres ya están moviendo lo que van ahorrando. Y tirarán de los hombres: ellos no pueden seguir bebe que te bebe.

P. Chad celebra elecciones en 2006, bajo la férula política del norte y con 200.000 refugiados sudaneses en el sur. ¿No hay riesgo de un nuevo Sudán?

R. No es una comparación excesiva, pero falta el elemento fundamentalista, y vigilan EE UU y Francia.

P. El petróleo del sur, ¿puede ser el maná salvador?

R. Por ahora a la gente no le llega nada. El oleoducto, de 1.170 kilómetros, desemboca en el Golfo de Guinea, y representa la gran apuesta de EE UU y del Banco Mundial en la zona.

P. ¿No teme chocar con algún obstáculo demasiado poderoso?

R. Ya me pasó en la guerra civil en 1979. Estaba en otro sitio del sur, Moisala, y cuando los sureños de la capital, Yamena, fueron expulsados por la nueva elite musulmana, ellos quisieron vengarse de los musulmanes de Moisala: hubo matanzas y pillaje. Yo no estaba allí para defender sólo a los católicos, y protegí como pude a viudas y niños musulmanes. Pero fue tan feroz que la Iglesia decidió trasladarme. Ahora no hay peligro de algo así.

P. Tanta lucha, ¿no es una gota en el desierto?

R. Bueno, el goteo es un buen sistema de regadío.

Miguel Ángel Sebastián, en la sede de Manos Unidas, en Madrid.LUIS MAGÁN

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