Algunos ganadores de los Oscar recibirán el premio en sus asientos
El momento cumbre de entrega de los Oscar será diferente este año, ya que algunos premiados recibirán el galardón desde sus asientos, sin dar el paseíllo hasta el escenario. Se trata de dar más animación a una ceremonia que amenaza con hacerse algo pesada, ya que así se reducirá el tiempo que les lleva a los ganadores acercarse al escenario una vez que han escuchado su nombre. No todos se quedarán sin paseíllo, no obstante, ya que algunos recogerán el premio de la manera tradicional.
Los cambios también facilitarán que un mayor número de candidatos aparezca en las pantallas televisivas,...
El momento cumbre de entrega de los Oscar será diferente este año, ya que algunos premiados recibirán el galardón desde sus asientos, sin dar el paseíllo hasta el escenario. Se trata de dar más animación a una ceremonia que amenaza con hacerse algo pesada, ya que así se reducirá el tiempo que les lleva a los ganadores acercarse al escenario una vez que han escuchado su nombre. No todos se quedarán sin paseíllo, no obstante, ya que algunos recogerán el premio de la manera tradicional.
Los cambios también facilitarán que un mayor número de candidatos aparezca en las pantallas televisivas, según dijo Gil Cates, al frente de la organización de la ceremonia de los Oscar que se celebrarán el 27 de febrero en el teatro Kodak de Los Ángeles. Cates, que confía en que otras galas adopten este nuevo estilo de entrega de premios, pidió a los candidatos que pronuncien discursos de aceptación cortos y que no se limiten a dar las gracias leyendo una larga lista de nombres desconocidos para el gran público. Se intenta también que la audiencia participe y se deshaga hasta cierto punto la barrera entre ganadores y perdedores, barrera que quedó bien patente el año pasado cuando El Señor de los Anillos acaparó la ceremonia con 11 oscars. El cambio eliminará, además, uno de los pocos elementos no controlados en una ceremonia que no se caracteriza por su espontaneidad, ya que impedirá bromas como la del italiano Roberto Benigni, que trepó por los asientos para alcanzar el escenario y recoger su Oscar en 1998 por La vida es bella.