Dosis individualizadas y un carné para los participantes

La experiencia que se pondrá en marcha en Cataluña se ha inspirado en un proyecto holandés en el que participan 8.000 pacientes. Entre ambos planes, sin embargo, existe una diferencia que el vocal de drogodependencias del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, Rafael Borràs, considera de gran relevancia. Mientras en Holanda los pacientes reciben una dosis de 5 gramos de marihuana que ellos mismos se autoadministran, en Cataluña los enfermos no tendrán esta posibilidad.

Borràs explica que en Cataluña el tratamiento se individualizará y la dosis se adecuará a cada caso. Lo que sí es segur...

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La experiencia que se pondrá en marcha en Cataluña se ha inspirado en un proyecto holandés en el que participan 8.000 pacientes. Entre ambos planes, sin embargo, existe una diferencia que el vocal de drogodependencias del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, Rafael Borràs, considera de gran relevancia. Mientras en Holanda los pacientes reciben una dosis de 5 gramos de marihuana que ellos mismos se autoadministran, en Cataluña los enfermos no tendrán esta posibilidad.

Borràs explica que en Cataluña el tratamiento se individualizará y la dosis se adecuará a cada caso. Lo que sí es seguro es que las cápsulas que se dispensarán a los enfermos contendrán la planta, pulverizada, con todos sus principios activos y no sólo algunos de ellos. "La experiencia nos ha demostrado que el conjunto de los 60 cannabinoides que contiene la planta generan sinergias entre sí que tienen efectos positivos", dice Borràs.

También se ha decidido que los participantes en el proyecto dispongan de un carné que certifique que están tomando hachís con fines terapéuticos en el marco de un experimento. El objetivo es evitar que estos pacientes tengan problemas legales, como ya ha sucedido con algunos participantes en un programa similar que se está realizando en California (EEUU), explica Rafael Borràs.

Con grandes semejanzas respecto al plan piloto que se llevará a cabo en Cataluña se está elaborando también en Canadá un programa para evaluar los efectos del hachís en enfermos de determinadas patologías.

Cataluña ha escogido cuatro enfermedades para las que se considera que la marihuana puede ser beneficiosa. En el caso del sida, enfermedad que a menudo genera anorexia, la marihuana puede ayudar a abrirle el apetito al paciente. Para los enfermos de cáncer, un componente del hachís, el THC, es considerado eficaz para reducir las náuseas y vómitos que a menudo ocasiona la quimioterapia.

La experiencia de Barcelona pretende evaluar también el poder de la marihuana para mitigar dolores provocados por enfermedades de tipo nervioso y los problemas musculares derivados de la esclerosis.