ESTRENO | 'El grito'

Sarah Michelle Gellar ve en 'El grito' la sensibilidad lírica japonesa

La actriz, famosa por su personaje de 'Buffy, cazavampiros', protagoniza el filme de terror de Takashi Shimizu, que ha producido Sam Raimi

Es muy menuda y de apariencia frágil. Ni siquiera aparenta los 27 años que tiene. Parece una adolescente. Sin embargo, esta actriz neoyorquina que debutó en los escenarios a los cuatro años y logró popularidad con el personaje de Buffy Summers en la exitosa serie televisiva Buffy, cazavampiros, no da la sensación de ser de las que se amilanan. Sarah Michelle Gellar, que estuvo en Sitges el pasado mes de diciembre presentando El grito, responde con determinación a las preguntas sobre su carrera y meta profesionales, hasta ahora encaminadas sobre todo a filmes de terror y de consum...

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Es muy menuda y de apariencia frágil. Ni siquiera aparenta los 27 años que tiene. Parece una adolescente. Sin embargo, esta actriz neoyorquina que debutó en los escenarios a los cuatro años y logró popularidad con el personaje de Buffy Summers en la exitosa serie televisiva Buffy, cazavampiros, no da la sensación de ser de las que se amilanan. Sarah Michelle Gellar, que estuvo en Sitges el pasado mes de diciembre presentando El grito, responde con determinación a las preguntas sobre su carrera y meta profesionales, hasta ahora encaminadas sobre todo a filmes de terror y de consumo juvenil -Sé lo que hiciste el último verano, Scream 2, Scooby Doo...-, de ésos que rompen las taquillas. Se diría que Gellar tiene estudiada al milímetro la imagen que quiere proyectar: la de una mujer hecha a sí misma, segura y orgullosa de su trayectoria -da igual que los títulos de su filmografía no figuren en ningún palmarés-, alejada de las adolescentes a las que acechan mil peligros que suele encarnar en la gran pantalla.

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En El grito, la actriz es Karen, una joven estadounidense que estudia trabajo social en Japón y que, cuando debe sustituir a una compañera atendiendo a una mujer desequilibrada, comprueba que en la casa donde la han destinado pasan cosas extrañísimas. En realidad, El grito es una revisitación del filme La maldición, del japonés Takashi Shimizu, dirigido por él mismo, pero esta vez con dinero estadounidense y producción del cineasta Sam Raimi, director de Spiderman.

Gellar explica que fue precisamente la participación de Shimizu en la película uno de los motivos por los que aceptó el papel. También el que el rodaje tuviera como fondo Japón. "Disfruté mucho durante mi estancia allí. Fue una experiencia de tres meses que me fascinó desde el primer momento porque me hizo sentir distinta. Me notaba muy diferente, rara, pero no por la gente, que es muy amable, muy cálida, sino por la cultura, las costumbres..., completamente distintas a las mías". Esta sensación, según ella, no le influyó a la hora de construir su personaje, pero sí la percibe, asegura, en la "sensibilidad lírica" que plasma la cinta.

Gellar, uno de los ídolos juveniles estadounidenses del momento -su presencia en Internet es apabullante-, no reniega de ninguno de sus trabajos, y se felicita de haber sido una niña actriz, lo que, afirma, en su caso fue todo un privilegio y no le supuso ningún problema para formarse como persona. "Yo procedo de una familia muy humilde y esta profesión me ha dado la oportunidad de conocer a gente increíble y de vivir experiencias extraordinarias. Mientras estuve en edad escolar, jamás dejé de ir a clase; el trabajo era secundario", cuenta. Y añade: "Por suerte, nunca he sido carne de tabloide".

En cuanto al personaje de Buffy que la ha hecho famosa, la actriz opina y concluye: "En mi vida ha sido muy importante. Gracias a él tengo en todo el mundo muchísimos fans".

Sarah Michelle Gellar, el pasado diciembre en Sitges.SUSANNA SÁEZ
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