Una oportunidad para 800.000 inmigrantes
La aprobación del Reglamento de Extranjería permitirá que los inmigrantes con contrato obtengan permiso de residencia. Cuatro de ellos comentan con sus empleadores cómo cambiarán sus vidas
El Consejo de Ministros tomó el pasado viernes un acuerdo que permitirá regularizar a unos 800.000 inmigrantes sin papeles. El Reglamento de Extranjería entrará en vigor un mes después de su publicación en el BOE, hecho que ocurrirá, según fuentes de la Secretaría de Estado de Inmigración, a mediados de este mes. Y permitirá que los inmigrantes cuyos empleadores les ofrezcan un contrato de trabajo sean regularizados. Algo que estos extranjeros llevan años anhelando.
A partir de la entrada en vigor del Reglamento, bastará que un empresario garantice al inmigrante un contrato de trabajo p...
El Consejo de Ministros tomó el pasado viernes un acuerdo que permitirá regularizar a unos 800.000 inmigrantes sin papeles. El Reglamento de Extranjería entrará en vigor un mes después de su publicación en el BOE, hecho que ocurrirá, según fuentes de la Secretaría de Estado de Inmigración, a mediados de este mes. Y permitirá que los inmigrantes cuyos empleadores les ofrezcan un contrato de trabajo sean regularizados. Algo que estos extranjeros llevan años anhelando.
A partir de la entrada en vigor del Reglamento, bastará que un empresario garantice al inmigrante un contrato de trabajo por seis meses (tres en el sector agrícola), que el trabajador carezca de antecedentes penales y que pruebe -mediante el padrón municipal correspondiente- que lleva en España al menos seis meses para conseguir el Permiso de Residencia. Empleador y empleado tendrán tres meses para formalizar toda la documentación. Cuando el proceso acabe, habrán aflorado, según los cálculos del Gobierno, cerca de 800.000 casos. Cada uno con una historia.
Son albañiles, asistentes domésticos, carpinteros, camareros... Han llegado de Rumania, Colombia, Ecuador, Argentina... Actualmente trabajan de forma ilegal, y sus condiciones laborales dependen del empleador. No hay ningún papel firmado. Carecen de derechos y de deberes porque, para la ley, no existen.
El Permiso de Residencia, además de procurarles un trabajo en las mismas condiciones laborales que a los españoles, permitirá a muchos, para empezar, cumplir un sueño que llevan años sin realizar: volver a su país unos días de vacaciones sin miedo a que les detengan en la frontera al regresar a España. Es el caso del rumano Calin Pasca, de 27 años, que no ha vuelto a Rumania desde 2002; o el de la ecuatoriana Marcia Bayas, de 36 años, que dejó su casa y sus cuatro hijos en 2001. Desde entonces no los ha visto.
EL PAÍS ha reunido a cuatro inmigrantes actualmente en situación irregular y a cuatro empleadores que van a regularizar su situación aprovechando el nuevo Reglamento de Extranjería. Todos comentan cuáles son sus expectativas sobre las mejoras que a su juicio conllevará la entrada en vigor del nuevo reglamento.