OPINIÓN DEL LECTOR

Asistencia en la Ronda

Mientras circulábamos el 15 de diciembre de 2004 para incorporarnos a la Ronda litoral dirección Tarragona, recién llegados en el barco Palma-Barcelona, sobre las 20.30 horas, estábamos en el pequeño túnel justo antes de entrar en la ronda litoral, cuando me di cuenta de que teníamos la rueda trasera derecha pinchada, así que paramos a la salida de dicho túnel. Sin salir del coche llamamos a la asistencia.

Al poco rato se presentó un hombre con una moto.Mostrándose muy amable, se ofreció para ayudarnos y nos dijo que donde estábamos estacionados era muy peligroso, y que si le seguíamos ...

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Mientras circulábamos el 15 de diciembre de 2004 para incorporarnos a la Ronda litoral dirección Tarragona, recién llegados en el barco Palma-Barcelona, sobre las 20.30 horas, estábamos en el pequeño túnel justo antes de entrar en la ronda litoral, cuando me di cuenta de que teníamos la rueda trasera derecha pinchada, así que paramos a la salida de dicho túnel. Sin salir del coche llamamos a la asistencia.

Al poco rato se presentó un hombre con una moto.Mostrándose muy amable, se ofreció para ayudarnos y nos dijo que donde estábamos estacionados era muy peligroso, y que si le seguíamos nos acompañaría a un sitio mejor, muy cercano, que él conocía, pero nosotros le replicamos que de allí no nos movíamos.

Poco después se paró detrás un coche con dos policías para ayudarnos, y sólo entonces, y con los chalecos reflectantes, nos atrevimos a salir del coche. La opinión de la policía apuntaba a que alguien nos había pinchado la rueda.

Con el camión grúa de la asistencia fuimos trasladados a un taller de neumáticos con servicio 24 horas, y allí se comprobó que la opinión de la policía era cierta. El neumático tenia un corte de unos 2 centímetros. En el taller nos explicaron que hay una banda organizada cuyos miembros se pasean en moto con un objeto punzante atado fuertemente al zapato, se acercan al coche en un semáforo y con una patada ocasionan un pinchazo. No me extrañaría en absoluto que la persona que se ofreció para ayudarnos fuera la que nos dio la patada.

¿Qué nos habría ocurrido si seguimos al hombre que se ofreció para ayudarnos? A partir de este hecho nos da miedo circular en coche por las cercanías del puerto de Barcelona. El día de regreso a Palma, 28 de diciembre de 2004, una vez obtenida las tarjetas de embarque, sobre las 21.40 horas, me acerqué a pie al lugar donde pensamos que nos ocasionaron el pinchazo. Sorpresa: un coche con una rueda pinchada estaba siendo auxiliado por el RACC, y del cual tengo una fotografía. Probablemente no sea el único mallorquín que ha tenido este percance en Barcelona. ¿A quién le correspondería poner remedio?

Por cierto, a la policía, a la grúa y al taller un 10.

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