Un ensayo desvela una Edad Media alegre y amante de las chanzas

Menos tenebrosa de lo que relatan las crónicas históricas. El antropólogo Xavier Theros describe en el ensayo Burla, escarnio y otras diversiones (La tempestad) una Edad Media lúdica y adicta a las carcajadas. "Hemos heredado la idea de una Edad Media atrasada y triste. Si analizamos la literatura y la iconografía medieval comprobamos que en aquella época también existía una realidad paralela, menos severa. Las condiciones de vida eran precarias. Quizá por eso había tantas ganas de vivir", explica el autor, que también es poeta y uno de los integrantes del dúo Accidents Polipoètics en e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Menos tenebrosa de lo que relatan las crónicas históricas. El antropólogo Xavier Theros describe en el ensayo Burla, escarnio y otras diversiones (La tempestad) una Edad Media lúdica y adicta a las carcajadas. "Hemos heredado la idea de una Edad Media atrasada y triste. Si analizamos la literatura y la iconografía medieval comprobamos que en aquella época también existía una realidad paralela, menos severa. Las condiciones de vida eran precarias. Quizá por eso había tantas ganas de vivir", explica el autor, que también es poeta y uno de los integrantes del dúo Accidents Polipoètics en el que, precisamente, abunda el humor.

Para Theros, "la visión de la Edad Media como un periodo oscuro surge tras las epidemias de peste negra que asolaron Europa y tras las conclusiones del Concilio de Trento. Es una concepción burguesa de la que nace la frontera actual entre la seriedad de lo importante y la trivialidad de lo cómico. El humor expresado públicamente se consideraba peligroso para el poder. Por eso, se va reduciendo al ámbito privado".

Carácter anárquico

Si algo sobresalía en el humor medieval era su carácter contestatario y anárquico, amante de chanzas que no se arrodillaban ante el poder de señores feudales y autoridades eclesiásticas. "Se ha de entender que el cristianismo es un religión que deriva de la tradición judía, que no contempla fiestas desordenadas y alegres, muy habituales en el calendario lúdico de griegos y romanos clásicos. Aunque la Iglesia luchó contra este tipo de celebraciones no pudo destruirlas. De ahí que con el tiempo las absorberá", afirma Theros. "Era una batalla perdida para la Iglesia. Hasta el siglo XIII, gran parte de la comunidad se escapaba a su control porque era una población rural. Con el auge urbano, encontrará un nuevo aliado: la burguesía, enemiga del desorden público. La situación era similar en el ámbito de la Iglesia Reformada. Su moral burguesa defendía que el ocio se opone al negocio. De esta manera, Dios sólo ayudaba al buen trabajador".

La radicalidad de aquellas puyas contrasta con el auge actual de lo políticamente correcto. Una tendencia que aclara en gran parte el rechazo contemporáneo a las risotadas medievales. "Aquel humor era muy agresivo y áspero para nuestra mentalidad. Por ejemplo, se hacían muchas chanzas sobre los minusválidos. Por entonces se creía que la enfermedad era un castigo divino. Sin embargo, no todo era tan simple. Los locos eran considerados una especie de oráculos. Aunque se les escarnecía, estaban integrados en la comunidad, que se encargaba de su mantenimiento. Hoy los confinamos en manicomios", dice el ensayista.

Algunas cosas no han cambiado. "Si nos paramos a pensar en los chistes que circulan en la actualidad, comprobaremos que tienen muchos componentes escatológicos y sexuales. Son dos ámbitos tradicionales del humor. No obstante, el humor medieval era más espontáneo y arriesgado que el actual".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En