Los grupos rivales de Llamazares pelean por encabezar una sola lista

Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida, contemplaba ayer cómo se enfrentan los dos grupos que quieren arrebatarle el liderazgo de la federación. Mientras Rosa Aguilar, la alcaldesa de Córdoba, apoyaba públicamente como estaba previsto al líder y se ofrecía para ir en su lista, Felipe Alcaraz y Enrique Santiago, aspirantes a relevarle, luchaban y negociaban para ver quién encabeza una posible lista conjunta.

Enrique Santiago, secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una prestigiosa ONG en la que trabaja hace años, presentó ayer oficialme...

Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida, contemplaba ayer cómo se enfrentan los dos grupos que quieren arrebatarle el liderazgo de la federación. Mientras Rosa Aguilar, la alcaldesa de Córdoba, apoyaba públicamente como estaba previsto al líder y se ofrecía para ir en su lista, Felipe Alcaraz y Enrique Santiago, aspirantes a relevarle, luchaban y negociaban para ver quién encabeza una posible lista conjunta.

Enrique Santiago, secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una prestigiosa ONG en la que trabaja hace años, presentó ayer oficialmente su candidatura en la sede central de Izquierda Unida, en la madrileña calle Olimpo. Lo hizo rodeado de quienes han sido su principal apoyo: las Juventudes Comunistas y algunos otros dirigentes juveniles con poco peso en la organización pero muchos años de militancia y trabajo, esto es, cuadros medios de lo que quiere llamar "revuelta de capitanes".

Santiago despejó inmediatamente la primera duda que surge en torno a su candidatura: la posibilidad de que acepte ir como número dos en la lista de Felipe Alcaraz, hombre fuerte de Andalucía y el otro candidato contra Llamazares. "Quien encabece nuestra propuesta", señaló Santiago, "debe visualizar el cambio", por lo tanto descartó a Alcaraz, que estuvo 21 años al frente del PC andaluz y es dirigente de Izquierda Unida desde su fundación.

Santiago dejó claro que la cabeza de una posible candidatura unitaria anti-Llamazares "no es una cuestión esencial e innegociable", pero insistió en que "debe representar algo nuevo". "No estamos convencidos de que la alternativa de cambio sea alguien que no personifica ese cambio", señaló en clara referencia a Alcaraz.

Ambos grupos siguen tirándose los trastos a la cabeza en público y negociando en privado. Santiago se atribuyó el control de un 40% de los delegados y confió en llegar hasta el 60%, un cálculo que tanto en el sector de Alcaraz como en el de Llamazares calificaron de "irreal". En cualquier caso, ambos grupos parecen estar de acuerdo en la línea política, y sólo necesitan encontrar un acuerdo para saber quién les lidera.

"Romper puentes"

El grupo de Alcaraz criticó que Santiago esté "rompiendo puentes" aunque confió en convencerle de que el veterano dirigente tiene más posibilidades de éxito porque la candidatura del secretario general de CEAR está rodeada de "buena gente sin mucho peso entre los delegados".

Mientras, Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba y responsable de la política municipal dentro de IU, aceptó formar parte de la candidatura de Llamazares, algo que ya hizo en la anterior asamblea. Aunque no dejó claro si ocupará el segundo puesto en la lista, como le ha pedido Llamazares: "El número da igual, a mi no me importa". El poeta granadino Luis García Montero irá de número tres de Llamazares, según fuentes cercanas al coordinador general de IU.

Lo que sí parece importarle a Aguilar es que la Asamblea extraordinaria del fin de semana termine por convertirse en un "ajuste de cuentas" interno. "No tenemos derecho a jugar con una formación política que fortalece y da pluralidad a la democracia", aseguró.

Para Aguilar, la Asamblea extraordinaria puede ser "la última oportunidad de Izquierda Unida" y se desperdiciará si "se discute de nombres en lugar de fortalecer el proyecto plural que es IU". Según la alcaldesa de Córdoba, esta "pluralidad", que caracteriza a su formación, debe multiplicar la fuerza de IU y no servir para dividir y confrontar. "Uno de los problemas de IU es que lleva demasiado tiempo discutiendo de lo interno y olvidándose de que la razón de su existencia es la ciudadanía", dijo.