Reportaje:

"Estoy asustado porque quieren matarme"

El Patata, un acusado del triple crimen de Valdezarza, está amenazado de muerte aunque no participó en el homicidio

Francisco Javier Pozuelo González, El Patata, no sale de su casa. Está nervioso y se le saltan las lágrimas con facilidad. Asegura que su familia y él están amenazados de muerte. Y eso porque se le ha implicado en el triple crimen de Valdezarza, en el que afirma que no tiene nada que ver. "Estoy muy asustado y acojonado porque quieren matarme a mí o a alguien de mi familia. No quiero perder a nadie por algo que no hice", explica con miedo.

El Patata fue detenido el pasado sábado al sospechar la policía que él había conducido el coche con el que David R. V., alias ...

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Francisco Javier Pozuelo González, El Patata, no sale de su casa. Está nervioso y se le saltan las lágrimas con facilidad. Asegura que su familia y él están amenazados de muerte. Y eso porque se le ha implicado en el triple crimen de Valdezarza, en el que afirma que no tiene nada que ver. "Estoy muy asustado y acojonado porque quieren matarme a mí o a alguien de mi familia. No quiero perder a nadie por algo que no hice", explica con miedo.

El Patata fue detenido el pasado sábado al sospechar la policía que él había conducido el coche con el que David R. V., alias Vega y El Paleta, se dirigió a la calle de Sánchez Preciado y supuestamente cometió el triple homicidio que costó la vida a Amalio M. V., Ada F. F. (ambos de 17 años) y a su hija, Nerea, de nueve meses. Las huellas del Patata fueron halladas en el coche, un Renault 19 Chamade.

"Ahora no puedo salir de casa en todo el día ni para comprar tabaco"
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Este mecánico de 27 años, que ha vivido junto a la calle de Francos Rodríguez toda su vida, siempre ha defendido su inocencia. "Al padre de Vega le conozco desde hace tiempo. Me llamó unos días después del crimen, antes de irse a Torrevieja, y me pidió que le arreglara el embrague de su coche", explica. Para ello tenía que recoger el coche, que estaba aparcado en la calle del Marqués de Viana, y llevarlo hasta la de José Calvo, próxima a su casa. Pensaba arreglarlo en sus horas libres, fuera del trabajo de mecánico que tiene en un taller cercano. "Era un cliente de confianza", señala.

El pasado sábado por la mañana le llamó el padre del supuesto asesino y le preguntó si había arreglado el embrague. Él le respondió que no había podido. Entonces se puso al teléfono Vega: "Limpia también el interior porque tiene manchas de sangre". El Patata asegura que entonces "se acojonó" y le dijo que no iba a tocar el coche. "Le colgué inmediatamente porque empezó a amenazarme", explica.

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Unas cuatro horas más tarde, los inspectores de Homicidios se presentaron en la casa de El Patata y lo detuvieron acusado de encubrimiento del triple crimen. "Me dijeron que el coche estaba lleno de mis huellas. Pero es lógico. Emilio [el que supuestamente acompañó a Vega en el triple homicidio] lo limpió tras el crimen", añade.

Y a partir de ahí llegaron sus problemas. Según Pozuelo, la familia del difunto Amalio está buscándole a él y a su familia. Una hermana de El Patata recibió el lunes un bofetón a manos de un familiar de Amalio en un parque. "Después de mi declaración tiene que quedar claro que yo, Francisco Javier Pozuelo, no tuve nada que ver con los crímenes. Sólo fui a reparar el embrague de un coche, que fue utilizado, sin yo saberlo, en el triple homicidio", explica. "¿Cómo voy a hacerle nada a Amalio, al que conozco desde que somos pequeños y que nos veíamos todos los días cuando íbamos al colegio? Y mucho menos a un bebé de nueve meses", se pregunta.

"Ahora no puedo salir de casa ni para comprar tabaco. Tengo miedo. Además, si le hacen eso a mi hermana [darle un tortazo], ¿qué me harán a mí? Me matarán. Debe quedar claro que ni había muestras de ADN en el piso", añade Pozuelo. Éste quedó en libertad con el cargo de encubrimiento del triple homicidio. Tiene que ir cada 15 días al juzgado. Su madre, Antonia, ve cómo el año 2004 se ha cebado con la familia. En los primeros meses murieron un hijo, su esposo y su madre. "¡No vea lo duro que es para una madre que acusen a su hijo de esa barbaridad! Y más cuando él no ha hecho nada. Conozco a mi hijo y es incapaz", dice la madre entre lloros.

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