Reportaje:

Más calor humano

La Cruz Roja de Barbate estrena una camilla térmica que reduce el tiempo de recuperación de una hipotermia

Necesitaban calor y se lo dieron. Y, además, de forma mucho más rápida. Con la expedición de inmigrantes rescatada el lunes en aguas de Barbate (Cádiz), la Cruz Roja local ha podido estrenar un nuevo dispositivo tecnológico en el que su coordinador, Manuel Fénix, lleva trabajando tres meses: una camilla con lámparas infrarrojas que reduce el tiempo de recuperación de los afectados por hipotermia.

El invento ha superado su estreno con éxito, con todos los pacientes salvados y sin necesidad de hospitalizarlos. Del medio centenar de inmigrantes rescatado por la Guardia Civil y Salvamento M...

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Necesitaban calor y se lo dieron. Y, además, de forma mucho más rápida. Con la expedición de inmigrantes rescatada el lunes en aguas de Barbate (Cádiz), la Cruz Roja local ha podido estrenar un nuevo dispositivo tecnológico en el que su coordinador, Manuel Fénix, lleva trabajando tres meses: una camilla con lámparas infrarrojas que reduce el tiempo de recuperación de los afectados por hipotermia.

El invento ha superado su estreno con éxito, con todos los pacientes salvados y sin necesidad de hospitalizarlos. Del medio centenar de inmigrantes rescatado por la Guardia Civil y Salvamento Marítimo a 14 millas al sur de Trafalgar, nueve presentaban síntomas de hipotermia. Apenas se tenían en pie cuando fueron trasladados hasta el muelle barbateño. Allí ya estaba desplegado un dispositivo médico coordinado por Manuel Fénix y los voluntarios del Equipo de Respuesta Inmediata de Emergencia (ERIE) de la Cruz Roja barbateña. La camilla se estrenó con ellos.

Tiene cuatro luces rojas que emiten calor, colocadas en la cabeza, los pies y en los dos laterales. La temperatura se regula para poder ir eliminando el enfriamiento. El resultado fue sorprendente hasta para su creador. En sólo seis minutos, los inmigrantes se habían recuperado y se podían valerse. Antes la Cruz Roja de Barbate se valía de suero caliente, frotaciones y mantas térmicas en un proceso que duraba hasta 40 minutos.

"La camilla ha funcionado mejor de lo que esperábamos. Yo pensaba que el tiempo de recuperación podría ser de más de diez minutos", confiesa el inventor. Fénix ideó este artilugio tras atender un caso muy grave de hipotermia el pasado agosto. "Pensé que se nos iba porque los métodos que utilizábamos no nos valían, así que me di cuenta de que era necesario algo más rápido".

Los resultados han acelerado el proyecto y Fénix estaba ayer ocupado en preparar los planos de la camilla para patentarla cuanto antes e, incluso, extender su uso a ambulancias y hospitales de campaña. Él está convencido de que es tan importante el calor de su camilla como el que desprende el abrazo de sus voluntarios.

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