La mitad del contingente español en Afganistán volverá a final de mes

"Afortunadamente, no hemos tenido que intervenir", afirma un oficial

El batallón español desplazado a la norteña ciudad de Mazar-i-Sharif para apoyar las elecciones afganas comenzará a replegarse escalonadamente el próximo día 5, una vez han sido anunciados los resultados de la consulta electoral que hace presidente a Hamid Karzai. Los 500 efectivos de esta unidad de acción rápida estarán de retorno en España el próximo día 25.

Quedarán en Afganistán otros 500 militares españoles integrados en la Fuerza de Asistencia a la Seguridad de Afganistán (ISAF) mandada por la OTAN.

La retirada se produce conforme a los planes del Gobierno de replegar el ba...

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El batallón español desplazado a la norteña ciudad de Mazar-i-Sharif para apoyar las elecciones afganas comenzará a replegarse escalonadamente el próximo día 5, una vez han sido anunciados los resultados de la consulta electoral que hace presidente a Hamid Karzai. Los 500 efectivos de esta unidad de acción rápida estarán de retorno en España el próximo día 25.

Quedarán en Afganistán otros 500 militares españoles integrados en la Fuerza de Asistencia a la Seguridad de Afganistán (ISAF) mandada por la OTAN.

La retirada se produce conforme a los planes del Gobierno de replegar el batallón una vez se conocieran los resultados electorales. El plan operativo de la unidad fijaba como fecha límite de la misión el 5 de diciembre. "La idea era estar en casa en Navidad", señaló el jefe del batallón, teniente coronel Javier Abajo Merino, al general James Jones, jefe supremo de la OTAN, que el sábado visitó el campamento Ortiz de Zárate e hizo entrega a la unidad de una metopa en reconocimiento a su trabajo desde mediados de septiembre en el norte de Afganistán.

El general recibió una explicación de la historia de la bandera paracaidista, en torno a la que se articula el batallón, desde sus orígenes en la guerra de Ifni hasta sus penúltimas misiones en los Balcanes. La exposición no estuvo exenta de anécdotas. Al hacer el desglose demográfico de la unidad se daba cuenta del nacimiento de seis niños durante esta misión. El dato sorprendió al general, que preguntó que cómo era eso. "¿Seis niños?", inquirió. "En España, general, en España". "Ah, ya me parecía...", agregó Jones antes de echarse a reír.

El jefe supremo aliado pasó revista a la tropa y asistió a una exhibición de los medios del batallón, desde la dotación de una unidad motorizada hasta la defensa contra ataques químicos o radiológicos, pasando por los antidisturbios o una demostración de equipo de desminado.

El batallón español tiene todo preparado para comenzar a replegarse a partir del próximo viernes, en un proceso escalonado que estará concluido veinte días más tarde. Se pone así fin a un despliegue realizado en septiembre como unidad de acción rápida de apoyo al proceso electoral en todo el norte del país. "Afortunadamente no ha tenido que intervenir", señala el comandante Luis Ventas, portavoz del contingente.

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Una compañía motorizada patrulló la provincia de Balkh, cuya capital es Mazar, y las otras dos practicaron reconocimientos aerotransportados en el resto de la zona norte, a cientos de kilómetros del campamento Ortiz de Zárate.

El único incidente se produjo hace unos días, cuando una mina destrozó la pierna de un policía afgano, que fue evacuado en uno de los cuatro helicópteros Cougar del batallón.

Los Cougar, con su dotación de 68 militares, volverán a Kabul, donde en principio van a quedarse hasta el próximo verano. La bandera paracaidista con sus elementos de apoyo retornará a su base de Murcia. Jones señaló que despliegues como el del batallón Ortiz de Zárate "son muy importantes en periodos electorales, porque dan seguridad a quienes quieren votar y desalientan a los que quieren impedirlo".

El próximo desafío electoral afgano son las legislativas y locales previstas para el próximo 23 de abril, mucha más complicadas desde el punto de vista de la seguridad que las presidenciales, al pugnar miles de candidatos por parcelas de poder. La propia dificultad del empeño lleva a observadores veteranos a vaticinar que los comicios no se celebrarán hasta junio. Antes, la OTAN quiere extender su zona de control al oeste del país, donde ahora operan los estadounidenses de la operación Libertad Duradera. El cuartel general tiene que elaborar un plan de acción para esa extensión al oeste, incluido el número de fuerzas necesarias.

Todo depende de la disposición de los países aliados a hacerse cargo de un par de Equipos de Reconstrucción Provincial (PRT, donde trabajan al unísono militares y civiles) en la zona de Herat. España, en principio, no estará en el oeste.

El Gobierno está considerando diversas opciones, incluida la de gestionar un PRT como el que los británicos tienen en Mazar. El teniente coronel Abajo asegura que "el Ejército está capacitado para operar un PRT, una vez se adopte la decisión política".

Un soldado del contingente español en Afganistán manipula una granada sin explotar en febrero de 2002.EPA

Una misión "con riesgo"

Cuando el ministro de Defensa, José Bono, anunció a finales del mes de agosto que España desplegaría un batallón de 500 soldados en el norte de Afganistán para velar por la seguridad en las elecciones presidenciales, ya reconoció que la misión entrañaba "riesgos". El ministro subrayó que Afganistán "es el país de los talibanes, donde se esconde Bin Laden", y enfatizó a continuación: "Nos tiene que llenar de orgullo y satisfacción el hecho de que en toda la zona norte de Afganistán serán las fuerzas españolas las que garanticen el derecho al voto". "No es una acción bélica, sino humanitaria", dijo, y aseguró que el grupo de 500 soldados "en ningún caso" estaría más de 90 días en Afganistán.

Los portavoces de los grupos parlamentarios, salvo los de IU y BNG, mostraron su respaldo a la misión en Afganistán.

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