El FIT de Cádiz resalta la renovación teatral de Latinoamérica

La XIX edición del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz cerró anoche su programa. La bulliciosa Residencia del Tiempo Libre de la capital gaditana, hogar provisional de la gente del teatro atlántico, se hallaba a última hora de la tarde casi vacía. Actores, directores, programadores y críticos de ambas orillas del océano iban componiendo las maletas de retorno, en tanto los organizadores del festival comenzaban a hacer balance de 10 días de representaciones ininterrumpidas en una docena de espacios escénicos de la ciudad.

El director del FIT, José Bablé, destacó ayer la apue...

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La XIX edición del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz cerró anoche su programa. La bulliciosa Residencia del Tiempo Libre de la capital gaditana, hogar provisional de la gente del teatro atlántico, se hallaba a última hora de la tarde casi vacía. Actores, directores, programadores y críticos de ambas orillas del océano iban componiendo las maletas de retorno, en tanto los organizadores del festival comenzaban a hacer balance de 10 días de representaciones ininterrumpidas en una docena de espacios escénicos de la ciudad.

El director del FIT, José Bablé, destacó ayer la apuesta renovadora del teatro latinoamericano. "Estamos muy contentos porque todo ha funcionado como esperábamos. Los únicos inconvenientes han sido los habituales de última hora, pero por fortuna todos fueron solventables. El tiempo, como siempre, nos ha tenido en vilo amenazando los espectáculos de calle, pero al final ha sido benévolo con nosotros", explicó.

Entre la provocación vehemente del argentino Rodrigo García, la infatigable acidez de Els Joglars, el teatro comprometido del ecuatoriano Arístides Vargas, la danza brasileña de Primeiro Ato o la veta ancestral del grupo colombiano Teatro de la Candelaria, entre otras muchas propuestas, el Festival Iberoamericano de Teatro ha vuelto a ser el escaparate del teatro en español y portugués.

La toma de pulso a la escena iberoamericana que también supone el FIT revela, en palabras de Bablé, el hecho de que "el debate sobre el teatro actual no es sólo una cuestión europea". "Hemos podido ver que en Latinoamérica hay muchos creadores que apuestan por nuevos discursos, formas estéticas y dramaturgias frescas", añade.

De cara a la edición del año próximo, cuando el festival celebre sus 20 años de existencia, el director reconoce que queda una enorme tarea por delante, pero ya tiene sobre la mesa "muchas cosas pensadas". "Aún tenemos que trabajar a rebufo de los acontecimientos, atender a las agendas de los diferentes grupos... De momento, lo primero es presentar la liquidación de esta edición y plantear el proyecto del año próximo", comenta.

En cuanto a la afluencia de público, más o menos equilibrada respecto a ediciones pasadas del FIT, Bablé lamenta que "desgraciadamente, el respetable responda fundamentalmente a espectáculos de gran eco mediático". "Por otra parte, el público objetivo del festival sigue llenando las salas", apostilla Bablé.

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