El alcalde dice que perderá nueve millones si quita los cubos amarillos de basura

Gallardón mantendrá el actual sistema, en contra del promovido por Aguirre

El Ayuntamiento de Madrid no va a firmar el contrato que el Gobierno regional de Esperanza Aguirre promueve para la recogida selectiva de basura (latas, tetrabrik y plástico) y, por tanto, mantendrá el actual sistema basado en el cubo amarillo que se guarda en el propio portal. El equipo del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, argumenta que este nuevo convenio que, entre otras cosas, quiere sustituir el cubo amarillo (el destinado a los envases) por un gran contenedor cuadrado u otro de tipo iglú le haría perder 9 millones de euros anuales. Ecoembes, asociación que agrupa a las empr...

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El Ayuntamiento de Madrid no va a firmar el contrato que el Gobierno regional de Esperanza Aguirre promueve para la recogida selectiva de basura (latas, tetrabrik y plástico) y, por tanto, mantendrá el actual sistema basado en el cubo amarillo que se guarda en el propio portal. El equipo del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, argumenta que este nuevo convenio que, entre otras cosas, quiere sustituir el cubo amarillo (el destinado a los envases) por un gran contenedor cuadrado u otro de tipo iglú le haría perder 9 millones de euros anuales. Ecoembes, asociación que agrupa a las empresas de envases y negocia con las comunidades autónomas por la gestión de estos residuos, deberá llegar ahora a un acuerdo "particular" con el Ayuntamiento, donde vive el 55% de la población censada en la región.

La Ley nacional de Envases fue aprobada en 1997. Desde esa fecha, las empresas envasadoras son las responsables de la gestión de este tipo de desechos, es decir, de los costes que suponen llevar los residuos a un contenedor, recogerlos y tratarlos posteriormente en las plantas especializadas. Para cumplir con esta obligación, las empresas envasadoras se asociaron en una agrupación- Ecoembes- que negocia con las comunidades autónomas las cantidades que debe pagar porque le recuperen estos envases. El pago, hasta ahora, se realizaba teniendo como base una cantidad que se fijaba en función de lo recogido y de lo que era reutilizable. Pero Aguirre ha firmado ahora un nuevo convenio que, según fuentes municipales, perjudica sus intereses porque penaliza "gravemente" el hecho de que los ciudadanos introduzcan en las bolsas amarillas residuos que no deberían estar allí por no ser reciclables (los denominados impropios). Es decir, Ecoembes sólo quiere pagar por lo que le sirve para ser reutilizado.

Según el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad, Mariano Zabía, en Madrid sólo se reutiliza el 37% de la basura que se recoge en la bolsa amarilla, frente al 72% de la media nacional.

La Comunidad puso ayer en marcha una campaña bajo el lema de Recicla, que pretende concienciar a los ciudadanos, en la que se gastará 900.000 euros. La normativa europea obliga a que en 2008 el 60% de la basura que se origine sea reutilizada. La Comunidad está muy por debajo de este objetivo.La Consejería de Medio Ambiente no está de acuerdo con la tesis del Ayuntamiento, y para mejorar las cifras de eficiencia en la recogida selectiva promoverá en la Comunidad la utilización de contenedores de tapa cerrada o iglús. Zabia cree que el nivel de reciclaje en la región será mayor si los residuos de la bolsa amarilla se depositan en un contenedor o iglú de tapa cerrada. Eso sí, recuerda que la Comunidad será "escrupulosa" con la elección que hagan los Ayuntamientos, que son los competentes en esta cuestión. El Ayuntamiento de Madrid no está de acuerdo con la propuesta de Zabía y cree que los 4,5 kilos de envases que cada ciudadano deposita anualmente no aumentarán al tener que echarlos en un contenedor callejero, sino todo lo contrario.

En Madrid actualmente la recogida de la bolsa amarilla se realiza con 87.204 contenedores de diferentes capacidades, con un volumen total de 25.541.990 litros. Estos contenedores comenzaron siendo de tapa abierta, pero el alto nivel de basura equivocada, provocó un cambio parcial en el sistema. El cambio consistió en bloquear las tapas de los contenedores de 800 litros y abrir un agujero de 30 centímetros de diámetro para reducir así la posibilidad de introducir otro tipo de residuos distintos a los envases.

1.700.000 vecinos de la capital utilizan cubos amarillos, instalados en sus propios portales, para depositar los envases, tetrabrik y plásticos. El resto de los vecinos (más de un millón) tiene que ir a los iglús o contenedores de gran capacidad existentes en la calle. La recogida domiciliaria de envases se realiza los siete días de la semana, 363 días al año. En 2003 se retiraron 72.135 toneladas de envases, 34.936 de las cuales se obtuvieron de cubos amarillos, y 37.199 toneladas procedían de contenedores callejeros.

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Plantas de clasificación

En 2003, las plantas de clasificación de basura de Valdemingó-mez- propiedad del Ayuntamiento de Madrid- trataron 23.485.270 toneladas. "El coste de la gestión de esta basura fue de 52.609.630 euros", explica un portavoz de la concejalía de Medio Ambiente. Por este proceso, el Ayuntamiento recibió de Ecoembes una compensación de 19.767.641 euros, lo que supone el 37,57% del coste que le supone al Ayuntamiento la recogida y gestión de los cubos amarillos. Con el nuevo convenio que propone Ecoembes al Ayuntamiento, esta compensación quedaría reducida a 10.11.849 euros.

Ecoembes y la Comunidad proponen en este convenio cambiar los cubos amarillos por iglús o contenedores de gran capacidad con tapa cerrada. Eso implicaría no sólo el cambio de los cubos, sino también de toda la flota de camiones de recogida. Los gastos de esta operación serían costeados por el Ayuntamiento de Madrid. Este cambio, según la concejalía de Medio Ambiente, implicaría además indemnizaciones a las actuales empresas concesionarias del servicio de recogida de basuras, al serles modificadas las condiciones del contrato.

La implantación de 800 grandes contenedores callejeros en una parte de la capital, a partir de 2001, ha supuesto, según datos del Ayuntamiento, una disminución de más del 20% del volumen de residuos de envases recogidos.

Según el Ayuntamiento, el cambio de sistema de recogida le supondría sustituir los cubos amarillos domiciliarios por 4.902 iglús callejeros, que costarían 4,7 millones. Además, según un informe municipal, con la instalación de estos nuevos contenedores se perderían 3.000 plazas de aparcamiento público en Madrid.

Las portavoces del PSOE e IU, Trinidad Jiménez e Inés Sabanés, creen que el sistema de recogida de envases que quiere imponer la Comunidad "no garantiza mejores resultados que el actual". Jiménez defiende la necesidad de "un informe previo" que determine "cuál de los dos sistemas es más eficiente", mientras que Sabanés sostiene que "sería una locura cambiar de sistema de un día a otro".

Aprender a separar

"Damas y caballeros: van a presenciar un número único en el mundo. Esta lata de conservas vacía e inservible se convertirá ante sus ojos en una linterna completamente nueva. ¡Atención! Puede parecer magia, pero no lo es. El truco es muy sencillo: recicla. Separa los envases de cualquier tipo, el papel y el cartón del resto de la basura".

Éste es uno de los mensajes que a través de la radio lanzará desde el próximo día 1 de noviembre la Comunidad de Madrid y Ecoembes para enseñar a separar la basura a los madrileños.

En otro anuncio se oirá: "Imagina que de las latas usadas pudiéramos hacer bicicletas, barcos, tornillos... Que con las botellas vacías de plástico se pudieran confeccionar bufandas, abrigos y cubos para la playa. Imagina que con los periódicos viejos pudiéramos hacer libros, mesas de colegios... No imagines más, porque esto es posible".

El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Mariano Zabía, presentó ayer esta campaña que, bajo el nombre de Recicla, llegará a las pantallas de televisión, radios, vallas publicitarias y traseras de los autobuses durante todo el mes de noviembre y en la que el Gobierno regional ha invertido 900.000 euros.

Zabía, que compareció junto a Melchor Ordóñez, director general de Ecoembes (asociación que agrupa a fabricantes de productos envasados y de envases), señaló las ventajas de reciclar un envase ligero de plástico, brik y metal, y de depositarlos en los contenedores de color amarillo. En los azules se debe dejar el cartón, el papel, las revistas y los periódicos; en el contenedor verde, el vidrio, y en el contenedor tradicional, residuos orgánicos.

Según los datos aportados ayer por Ecoembes, desde mayo de 1998, fecha de la publicación del reglamento que regula la Ley de Envases, se ha conseguido recuperar unos cuatro millones de toneladas de envases que no han ido a parar a los vertederos.

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