La UPV y Atzegi elaboran una guía de sexualidad en discapacitados

Los miedos y tabúes que empañan la relación entre padres e hijos cuando se habla de la sexualidad o la afectividad se multiplican cuando los jóvenes padecen síndrome de down u otro tipo de retraso mental. Con el fin de allanar las dificultades y ofrecer un instrumento de referencia y ayuda, la Facultad de Psicología de la UPV y la asociación Atzegi, vinculada con labores relacionadas con este tipo de malformaciones congénitas, han diseñado la guía Sexualidad y afectividad en personas con deficiencia psíquica (Pautas de actuación).

En ella se recoge de forma sencilla y didáctica informac...

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Los miedos y tabúes que empañan la relación entre padres e hijos cuando se habla de la sexualidad o la afectividad se multiplican cuando los jóvenes padecen síndrome de down u otro tipo de retraso mental. Con el fin de allanar las dificultades y ofrecer un instrumento de referencia y ayuda, la Facultad de Psicología de la UPV y la asociación Atzegi, vinculada con labores relacionadas con este tipo de malformaciones congénitas, han diseñado la guía Sexualidad y afectividad en personas con deficiencia psíquica (Pautas de actuación).

En ella se recoge de forma sencilla y didáctica información útil a los padres sobre cuestiones acerca de la sexualidad, la afectividad, la educación afectivo-sexual o de cómo ayudar a los hijos con estos problemas. También se abordan las principales preocupaciones que pueden asaltarles, los derechos y deberes, además de un apartado específico sobre cómo reaccionar en diferentes casos prácticos.

El carácter útil de esta obra viene avalado además por su proceso de creación. Su autor, el profesor de Psicología de la Sexualidad Javier Gómez Zapiain, ha contado con las aportaciones de los propios interesados como una de las principales referencias. "El año pasado celebramos lo que denominamos "grupos de discusión" con una docena de padres de chicos con síndrome de down para conocer de primera mano su situación", resalta.

Según Gómez Zapiain, las necesidades afectivas, eróticas y sociales son comunes a todas las personas, discapacitadas o no. "Lo que sucede es que a estos jóvenes se les da demasiada protección, se les infantiliza o se les considera angelitos asexuados. Nuestra pretensión es evitar esa protección excesiva para que no frene su desarrollo, que sean ellos quienes, guiados por sus padres, pongan sus límites", explica.

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