Tribuna:

Entre el optimismo y las convulsiones

El año en curso está resultando bastante favorable para los fondos que invierten en mercados emergentes. De hecho, si se exceptúan los del Sureste asiático, las diferentes rentabilidades medias acumuladas hasta ahora por zonas geográficas superan el 7%. Pero si lo dicho es cierto para los mercados emergentes en general, lo es de manera muy especial para los latinoamericanos, bendecidos por la subida en el precio de las materias primas y, al fin, por un buen ritmo de crecimiento.

Está transcurriendo el año, pues, sin sobresaltos en los mercados emergentes, a pesar de que los fondos de re...

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El año en curso está resultando bastante favorable para los fondos que invierten en mercados emergentes. De hecho, si se exceptúan los del Sureste asiático, las diferentes rentabilidades medias acumuladas hasta ahora por zonas geográficas superan el 7%. Pero si lo dicho es cierto para los mercados emergentes en general, lo es de manera muy especial para los latinoamericanos, bendecidos por la subida en el precio de las materias primas y, al fin, por un buen ritmo de crecimiento.

Está transcurriendo el año, pues, sin sobresaltos en los mercados emergentes, a pesar de que los fondos de renta variable latinoamericana entrarán en fuertes pérdidas durante la primavera (pérdidas de las que ya se han recuperado con creces) y a pesar de que los mercados asiáticos estén descansando de las rentabilidades excepcionalmente buenas que proporcionaron en 2003 (su rentabilidad anual asciende al 3,15%; de hecho, los fondos que invierten en renta variable del Extremo Oriente se sitúan en rentabilidad media por detrás de los de renta fija emergente).

Las buenas rentabilidades de los fondos que invierten en los mercados emergentes se extienden, por tanto, a los de renta fija y a los de renta variable, en aquéllos, propiciadas por la bajada de los tipos de largo plazo del dólar y por la mejora generalizada en la calidad crediticia, y en éstos, por el fuerte tirón de las exportaciones de materias primas. Se espera que este año el PIB de América Latina crezca un 5%, algo no visto desde 1997. Y ese crecimiento no hay que atribuirlo sólo a la actividad exportadora, ya que en alguna de sus economías, cual es el caso de la brasileña, se está produciendo un fuerte tirón de la demanda interna.

Toda esta bonanza se ha traducido en algún caso, como el de México, en una revalorización de su Bolsa cercana al 25%. De modo que a los fondos de renta variable que invierten en Latinoamérica, con su 18% de rentabilidad media, sólo los superan este año (de entre los emergentes) los que orientan sus inversiones hacia el este de Europa, con un 30%.

A partir de finales de año el futuro de éstas, como de las demás categorías de fondos de renta variable, no estará tan despejado. De hecho, los fondos de renta variable latinoamericana apenas han conseguido recuperar los niveles de rentabilidad que alcanzaron en los primeros meses del año. Para que puedan seguir proporcionando buenos resultados será necesario que la economía mundial, y con ella el consumo de materias primas, siga creciendo a buen ritmo, algo que en estos momentos empieza a no estar tan claro.

Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.

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