Reportaje:

Altos vuelos, precios bajos

Las líneas aéreas de bajo coste 'aterrizan' en el aeropuerto de Valencia

La fiebre de las low cost, o aerolíneas de bajo coste, llega a Valencia. Un fenómeno que ha desbordado en España las predicciones más optimistas y que, según la opinión de los propios operadores tradicionales, obligará a un cambio de modelo en el negocio aéreo. Esta temporada de otoño-invierno las dos aerolíneas más poderosas en el segmento de los vuelos baratos, Ryanair y Easyjet, comenzarán a volar desde el aeropuerto de Manises, poniendo al alcance de cualquier bolsillo la conexión con Londres y otras ciudades europeas por debajo de los 60 euros la ida y la vuelta.

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La fiebre de las low cost, o aerolíneas de bajo coste, llega a Valencia. Un fenómeno que ha desbordado en España las predicciones más optimistas y que, según la opinión de los propios operadores tradicionales, obligará a un cambio de modelo en el negocio aéreo. Esta temporada de otoño-invierno las dos aerolíneas más poderosas en el segmento de los vuelos baratos, Ryanair y Easyjet, comenzarán a volar desde el aeropuerto de Manises, poniendo al alcance de cualquier bolsillo la conexión con Londres y otras ciudades europeas por debajo de los 60 euros la ida y la vuelta.

¿Cómo se consigue abaratar las tarifas aéreas entre un 30% y un 50%? La fórmula es bien conocida, si bien su aplicación no es homogénea en todas las aerolíneas: El personal se reduce a lo imprescindible, la compra de billetes se realiza en un 80% de los casos por Internet -pocas cuentan con oficinas físicas en las ciudades-, no se pagan comisiones a las agencias de viajes, se eligen aeropuertos secundarios para eliminar los tiempos de espera y, por lo general no se da comida, ni periódicos y ni tan siquiera el billete en papel, tan sólo un número de identificación. Tampoco la política de precios es igual; generalmente las compañías premian con tarifas muy reducidas la reserva con anticipación o encarecen los precios si se dispara la demanda o se espera a última hora. Son estrategias muy flexibles. No obstante, más de un usuario de estas líneas reconoce que es más caro el traslado en taxi al aeropuerto o una comida en un restaurante de su ciudad que volar a Londres, París o Roma con estas empresas.

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Manises ya cuenta en la actualidad con algunas aerolíneas de vuelos baratos, que operan en sus instalaciones desde hace unos meses. Es el caso de Vueling o la italiana Volare, que permite viajar a partir de 20 euros a destinos como Milán o Roma. Y la lista crece cada día. El pasado siete de octubre Air Berlín, que se define a sí misma como línea low fare o precio bajo, presentaba su nueva programación de vuelos desde esta ciudad. La compañía alemana, creada en 1978 y pionera en el transporte de turistas alemanes al Mediterráneo, oferta conexiones entre Valencia y una veintena de ciudades alemanas, vía Palma de Mallorca, con tarifas a partir de los 29 euros. En agosto pasado operaban en Manises una decena de low cost, según AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), si bien buena parte de estas aerolíneas desaparecerán hasta el próximo verano dada su estrecha vinculación al turismo estival.

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La irlandesa Ryanair ha anunciado también vuelos entre la capital del Turia y Milán a partir del 19 de enero, a Roma desde el 7 de febrero y a Londres a partir del 2 de noviembre. Alfons Chaver, representante de la compañía en España, menciona, para explicar que la comp

añía quiera incluir Valencia en sus rutas, la importancia de la ciudad tanto en población como por el despegue turístico vivido de una década a esta parte. "La evolución de la ciudad hace más posible el turismo de fin de semana".

La aerolínea irlandesa está o estará en aeropuertos medios o pequeños (Girona, Reus, Almería, Murcia, Málaga, Sevilla, Jerez, Santander, Valladolid o Zaragoza). Su política, explica una portavoz, es volar a aeropuertos regionales o secundarios. La argumentación es el tiempo, ya que explican que tardan menos en hacer todas las gestiones desde que el avión aterriza y vuelve a despegar, mientras que en los aeropuertos más grandes, más masificados, el proceso tarda más. En cuanto al perfil de los viajeros, el portavoz de Ryanair desmitifica el tópico que pesa sobre ésta y otras low cost de que transportan sobre todo un turismo mochilero, y subraya que cubren todo el espectro, desde estudiantes a ejecutivos.

El impacto es espectacular. Sólo en el aeropuerto de Girona -base de Ryanair- la compañía efectuó el pasado verano el 76% de las operaciones aéreas. En el caso de Valencia, la influencia de estas compañías no es tan impactante, pero el tráfico de pasajeros hasta el pasado mes de agosto ha crecido por encima del 26% con respecto al mismo periodo del año anterior (Ver gráfico). El aeropuerto valenciano, donde operan una docena de compañías convencionales (Iberia-Air Nostrum, Air France, Alitalia, Portugalia, Swiss...) se ha mantenido en la última década con un tráfico de pasajeros en torno a los dos millones anuales, con crecimientos más o menos normales y sin grandes sobresaltos. Si en 1996 el tráfico era de 1,9 millones de pasajeros anuales, en 2002 la cifra superaba los 2,1 millones. Este año el número de viajeros que han pasado por Manises superaba en agosto los 2,4 millones de personas. Una cifra alejada todavía del número de viajeros que utilizan el aeropuerto alicantino de L'Altet, adonde estas compañías se instalaron hace tiempo. El tráfico en el aeropuerto alicantino supera los siete millones de pasajeros.

Se calcula que las compañías de bajo coste tienen en la actualidad un 15% del mercado europeo, pero en una década se estima que habrán doblado esta cuota, según consultores especializados en el sector aéreo. Las compañías low cost nacieron en EE UU en torno a 1971 y ahora controlan un 30% de las operaciones aéreas de aquel país.

La llegada de las low cost ha revolucionado el negocio de volar y nadie permanece indiferente al fenómeno. Vicente Blasco, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes en la Comunidad Valenciana, atribuye en parte el auge de estas compañías a lo mal comunicada que estaba Valencia con otros destinos europeos y a unas rutas que no estaban atendidas por las aerolíneas convencionales. Blasco pone de ejemplo la falta de vuelos directos a Bruselas.

Vueling, que empezó a operar desde Manises en julio, ha apostado por la conexión directa con ciudades europeas. Víctor Bañares, su director de Marketing y Ventas, explica que la aerolínea aspira a ser el operador de referencia español de nueva generación: "Queremos ser el Easyjet o el Virgin español". "Vamos a aeropuertos principales y la flota es nueva. Competimos con los mismos operadores que hacen la ruta", destaca el directivo para marcar diferencias con otras líneas del sector. Según Bañares, Valencia empieza a ser un mercado emisor de clientes atractivo para el sector. "Más del 40% de las ventas que realiza desde que se instaló en Manises son de origen, cuando este porcentaje es mucho menor en otras rutas", asegura.

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