Reportaje:

Los monopatines toman la ciudad

Aumentan los parques con rampas, bordillos y barandillas por donde practican sus saltos los aficionados a este deporte

Los días de estrecheces y monotonía se han acabado para los usuarios del monopatín en Madrid, es decir, para los skaters urbanos. El entorno del Museo Reina Sofía, la plaza de Colón o el puente de Juan Bravo siguen siendo lugares de referencia, pero la construcción de skateparks o patinódromos en la periferia encamina a muchos a probar con sus tablas las rampas, bowls (cubetas), funbox (conjunto de minirrampas, bordillos, barandillas), spines (dos rampas que confluyen en un mismo vértice) y pirámides de los nuevos templos del skate.

Según los ex...

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Los días de estrecheces y monotonía se han acabado para los usuarios del monopatín en Madrid, es decir, para los skaters urbanos. El entorno del Museo Reina Sofía, la plaza de Colón o el puente de Juan Bravo siguen siendo lugares de referencia, pero la construcción de skateparks o patinódromos en la periferia encamina a muchos a probar con sus tablas las rampas, bowls (cubetas), funbox (conjunto de minirrampas, bordillos, barandillas), spines (dos rampas que confluyen en un mismo vértice) y pirámides de los nuevos templos del skate.

Según los expertos, en la mayoría se ha partido con buena intención en el diseño, pero la ejecución final deja que desear. Uno de los más cercanos, el situado en el complejo deportivo Puerta de Hierro, aun siendo también de los más antiguos, es todo un clásico y muy querido por la diversión y el juego que dan, en especial los bowls (grandes y pequeños). El skatepark de Móstoles del polideportivo Los Rosales, por contra, es uno de más modernos y grandes, del que muchos patinadores cuentan maravillas por su atrevido diseño. En este último hay que pagar para entrar (dos euros), aunque con un bono anual (seis euros) puedes patinar las veces que quieras. En la misma localidad, el parque de La Paz también cuenta con adeptos a su coqueto minibowl y al resto de rampas, pirámides y bordillos.

Otro lugar que recibe parabienes por su versatilidad es el del parque Juan Carlos I de Pinto, en especial por su spine, considerado de los más radicales. Sin salir de la zona sur madrileña tampoco hay que desdeñar algunos spine sueltos, como los del Parque Polvoranca en Leganés o el del parque de Los Castillos de Alcorcón.

De vuelta al concepto de skatepark, y antes de pasar al norte, hay que hacer otra parada en la capital y subir y bajar por las rampas, cajones y funbox del situado en el Parque Nuevo o de Las Cataratas de Vallecas. Sus usuarios se quejan de lo encajonado del recinto, que no les permite coger velocidad, pero sacan el máximo provecho a todos sus módulos.

En la zona de expansión urbana de Sanchinarro hay una más en la avenida de Niceto Alcalá Zamora, también variado y atractivo. El Polideportivo Municipal de Las Rozas y el complejo de ocio Heron City de la misma localidad cuentan con sendos patinódromos, destacando el segundo por las numerosas rampas que lo pueblan.

En el parque de Antonio López de Tres Cantos varios módulos prefabricados entretienen a los skaters, que tienen una cita de nivel en la cercana Alcobendas, justo en el parque Extremadura, con otra profusión de elementos (bowls, rampas, funbox, barandillas) y espacio para afrontarlos. Villalba, Villaverde Bajo, Rivas-Vaciamadrid, Boadilla del Monte o la urbanización Santo Domingo, en Algete, cuentan con instalaciones parecidas. Y la única pista cubierta de la región es la llamada Vertical Indoor, ubicada en Moraleja de Enmedio, cerca de Fuenlabrada.

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Más información en www.e-skate.net y www.inseguridad.org

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