Un incendio arrasa 40 hectáreas en Peñíscola y obliga a desalojar chalés

El fuego quedó extinguido ayer por la mañana

Las fuertes rachas de viento que soplaron durante la noche del viernes y madrugada del sábado fueron aliadas del fuego que se inició a las 22.00 entre los municipios de Càlig y Peñíscola, donde el incendio obligó a desalojar a media docena de chalés. Sin embargo, el fuerte viento facilitó el control cuando las llamas llegaron a una zona de cultivo, donde los medios de extinción pudieron trabajar con mayor efectividad.

Aún así, en su camino durante la noche, el incendio obligó a desalojar a las familias que ocupaban media docena de chalés de la urbanización Corral del Pitiquillo, de Peñí...

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Las fuertes rachas de viento que soplaron durante la noche del viernes y madrugada del sábado fueron aliadas del fuego que se inició a las 22.00 entre los municipios de Càlig y Peñíscola, donde el incendio obligó a desalojar a media docena de chalés. Sin embargo, el fuerte viento facilitó el control cuando las llamas llegaron a una zona de cultivo, donde los medios de extinción pudieron trabajar con mayor efectividad.

Aún así, en su camino durante la noche, el incendio obligó a desalojar a las familias que ocupaban media docena de chalés de la urbanización Corral del Pitiquillo, de Peñíscola. El peligro y la cercanía de las llamas aconsejaron la evacuación como medida de prevención. Finalmente, el incendio fue controlado doce horas después de que su inicio, afectó a cerca de 40 hectáreas de cultivo, matorral y zona boscosa en Càlig, Peñíscola y Benicarló, pero no hubo que lamentar daños personales. Durante la tarde de ayer, en el lugar del siniestro permanecieron dos medios aéreos y cuatro brigadas con el fin de refrescar la zona y evitar posibles rebrotes.

El aviso sobre el fuego llegó al 112 a las 22.00 de la noche del viernes. La llamada alertó sobre la existencia de llamas en la partida conocida como Pou de la Bassa, entre las localidades castellonenses de Càlig y Peñíscola. Las primera informaciones señalaban la existencia de un frente "bastante extenso", de entre 400 y 600 metros, según fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat.

El mayor problema, además de la noche, que impide el trabajo de los medios aéreos, se encontró en el fuerte viento, que hizo temer la rápida propagación de las llamas. Más aún cuando el origen del fuego se señaló en el arbolado de un camino forestal. La alarma también se produjo ante la posibilidad de que las llamas alcanzaran una granja de reses bravas y, sobre todo, una urbanización ubicada en el término de Peñíscola. Así, se envió a seis brigadas de bomberos de la comarca del Baix Maestrat, un capataz coordinador, el jefe de guardia forestal y cinco patrullas de la Guardia Civil. Poco después la dotación se aumentó a ocho brigadas rurales de extinción de incendios, los bomberos del Baix Maestrat, un capataz coordinador, el jefe de la guardia forestal y ocho patrullas de la Guardia Civil. Tanto la policía local de Benicarló como la de Peñíscola acudieron para colaborar en las tareas de extinción y prevención de daños y para facilitar el desalojo de las familias. El mismo viento que durante la noche provocó que el incendio llegara al término de Benicarló, de madrugada, ayudó a su extinción, ya que la dirección de las rachas encaminaron las llamas hacia un lugar con menos vegetación y, fundamentalmente, de cultivo.

A las 10.15 el fuego se dio por controlado aunque en la zona permanecieron cuatro brigadas y dos autobombas, así como un avión Air Tractor y un helicóptero.

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