Pobre de mí

Dicen que la nostalgia es oír su risa loca y sentir junto a la boca, como un fuego, su respiración (cosas de los boleros). También dicen que el alimoche es una especie de buitre. Y que quien ríe último, ríe solo. A falta de demostración empírica, nos conformaremos con la intuición popular. Verán, nos llegan rumores de que una extraña melancolía se está adueñando de la ciudad. Noticias inquietantes, sólo perceptibles para el ojo sensible: las mamis sacan de paseo al nene, en cochecito y a toda velocidad. Se diría que tienen prisa. Los jubilados hacen colas kilométricas. Hombres de bien y...

Dicen que la nostalgia es oír su risa loca y sentir junto a la boca, como un fuego, su respiración (cosas de los boleros). También dicen que el alimoche es una especie de buitre. Y que quien ríe último, ríe solo. A falta de demostración empírica, nos conformaremos con la intuición popular. Verán, nos llegan rumores de que una extraña melancolía se está adueñando de la ciudad. Noticias inquietantes, sólo perceptibles para el ojo sensible: las mamis sacan de paseo al nene, en cochecito y a toda velocidad. Se diría que tienen prisa. Los jubilados hacen colas kilométricas. Hombres de bien y honradas amas de casa se afanan por encontrar un hueco para visitarlo. Despistados de última hora sacan religiosamente su entrada y se hacen una foto. Todo el mundo quiere ver el Fórum antes de que sea tarde. Este evento está dando sus últimos estertores en olor de multitud. Ignoramos qué olor es ese, pero hasta los guerreros de Xi'an parecen llorar (y esta vez no son goteras). El guerrero está triste, ¿qué tendrá el guerrero? Pues que se le acabó el chollo y lo repatrían. Como si se tratase de una feria de pueblo en fiestas o de un circo internacional de paso, el Fórum está a punto de recoger sus lonas, cerrar los tenderetes y dejarnos con una inmensa soledad de metros y metros cuadrados de puro cemento. Cuando en las próximas vacaciones nos pregunten por lo que hicimos el verano pasado, un ligero rubor asomará a nuestras mejillas. ¿Echaremos de menos la jaima, las paraditas de bocatas, el hipermerendero o el trenecito? ¿Estaremos, sin saberlo ni suponerlo, ante uno de esos hitos que se incorporan a la leyenda local y que tanto entusiasman a nuestras fuerzas vivas? ¿Las cabezas pensantes del consistorio van a seguir teniendo ideas? De ser eso cierto, que Dios nos coja confesados. Agotada la posibilidad de repetir expos, años eucarísticos, olimpiadas y fórums, ya nos vemos venir iniciativas como el Foro Extraterrestre Multicultural o alguna cosita por el estilo.

Nos congratulamos de que finalmente los organizadores ejerzan el saludable ejercicio de la autocrítica y acepten la sobredimensión y petulancia que rodeaba al evento. Tendrían que haber convertido la autocrítica en uno de los principales valores que incorporar por la ciudadanía, en lugar de presentar a cuatro guerreros milenarios como el no va más de la visita cultural. ¡Tres horas de cola para ver esa exposición! ¿No será que la gente va a verse a sí misma haciendo cola? Ya es raro que el Dalai Lama padeciera un estrés que le impidió visitarnos, cuando él es el símbolo del equilibrio y la paz interior. Eso es que se le metió alguna china en la sandalia tibetana. La propuesta de dialogar nos parece una excelente idea, pero hemos visto más intercambio de información que diálogo, cuando lo que nos sobra es información. Estamos tan sobreinformados que no nos queda espacio para reflexionar. Lo que se lleva ahora es la acumulación, la acumulación de gentes es un éxito, y el éxito nos pone tan contentos que nos da igual si esa acumulación tiene algún sentido. Había que mover el mundo, pero sólo hemos conseguido un ligero corrimiento de tierras. La sabia naturaleza ha querido unirse a la fiesta con un humilde terremoto. Celebrémoslo también. Los fuegos artificiales y la pirotecnia son nuestra especialidad, ¿por qué no íbamos a celebrar un Fórum de las Culturas artificial y pirotécnico? Agradeciéndoles la atención que nos han prestado, hacemos mutis por el fórum. Y es que Barcelona y nosotros somos así, señora.

Accidents Polipoètics son Xavier Theros y Rafael Metlikovez.