CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Un filme sobre Bach triunfa en Suiza y Alemania

Dominique de Rivaz gana el premio a la mejor película.

El filme Mein name ist Bach (Mi nombre es Bach) ha ganado el Premio a la Mejor Película del Cine Suizo 2004. Esta coproducción suizo-alemana y de la cadena ARTE es un trabajo de un equipo internacional con realización de la suiza Dominique de Rivaz, actores alemanes como Vadim Glowna, en el papel del viejo Bach, y Jürgen Vogel como Federico II de Prusia; música del compositor belga Frédéric Devreese y dirección de fotografía del argentino Ciro Cappellari.

Con más de 30.000 entradas vendidas en Alemania y otras 20.000 en Suiza (notable para el pequeño país alpino), esta película e...

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El filme Mein name ist Bach (Mi nombre es Bach) ha ganado el Premio a la Mejor Película del Cine Suizo 2004. Esta coproducción suizo-alemana y de la cadena ARTE es un trabajo de un equipo internacional con realización de la suiza Dominique de Rivaz, actores alemanes como Vadim Glowna, en el papel del viejo Bach, y Jürgen Vogel como Federico II de Prusia; música del compositor belga Frédéric Devreese y dirección de fotografía del argentino Ciro Cappellari.

Con más de 30.000 entradas vendidas en Alemania y otras 20.000 en Suiza (notable para el pequeño país alpino), esta película está conociendo un éxito inesperado dada su temática, en principio minoritaria. Mein name ist Bach narra un hecho histórico: el encuentro, en mayo de 1747 en Postdam, entre un anciano Bach, de visita a su hijo Carl Philipp Emanuel, y el joven emperador Federico II, amante de la música y gran admirador del anciano maestro. Movido por el respeto, y también por los celos, el rey desafía a Bach a la improvisación de una fuga a seis voces sobre un motivo original compuesto por él mismo. Este desafío daría entonces lugar a la composición de la colosal Ofrenda musical, penúltima obra del compositor alemán.

Dominique de Rivaz muestra un Bach humano y doméstico, aquejado por una ceguera incipiente, enfermo y dolorido, alejado de la imagen casi sagrada a la que estamos acostumbrados. "Bach es un monumento de bronce en un pedestal", dice la realizadora suiza, "y nosotros hemos intentado bajarle del pedestal, limpiarle y convertirle en un ser humano. Bach padre y Bach hombre nos interesaban más que Bach compositor".

Kennedy y Elvis

"Habría que imaginar el encuentro entre J. F. Kennedy y Elvis Presley en la Casa Blanca en una jam-session", comenta la directora, en una imagen curiosa, "para entender el encuentro entre el rey de Prusia y el Rey de la Música". En el fondo, se trata de una historia de familia, sólo que aquí los protagonistas han cambiado la historia, cada uno en su campo. A partir de un hecho real, Jean-Luc Bourgeois, coguionista, intenta imaginar los hechos que llenarían ese "agujero negro" en la historia. El rey ve en Bach a un padre ideal, en las antípodas del suyo, Federico Guillermo I, y Bach ve en el joven homosexual al hijo poderoso y resuelto que hubiera deseado, tan distinto a Emanuel, demasiado sumiso y marginal a sus ojos. La aproximación entre artista y monarca comienza entonces a sembrar la discordia en el seno de ambos clanes, los Bach y la corte.

Éste es el primer largometraje de ficción de la directora de Friburgo Dominique de Rivaz (1953), quien había realizado previamente varios cortos.

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