Análisis:Inversión | CONSULTORIO

Dividendo social

Bancos y cajas realizan negocios cada vez más similares que, producidos en unas condiciones de intensa competencia, generan excedentes también muy similares, y la diferencia fundamental entre uno y otro tipo de entidades reside en el destino de dichos excedentes. Concretamente, para el último ejercicio económico completo, de 2003, bancos y cajas han generado unos beneficios agregados de 5.150 y 3.760 millones de euros respectivamente, cifras que representan en torno al 0,65% de los activos totales de unos y otros grupos de entidades.

Debido a la diferente naturaleza de bancos y cajas, e...

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Bancos y cajas realizan negocios cada vez más similares que, producidos en unas condiciones de intensa competencia, generan excedentes también muy similares, y la diferencia fundamental entre uno y otro tipo de entidades reside en el destino de dichos excedentes. Concretamente, para el último ejercicio económico completo, de 2003, bancos y cajas han generado unos beneficios agregados de 5.150 y 3.760 millones de euros respectivamente, cifras que representan en torno al 0,65% de los activos totales de unos y otros grupos de entidades.

Debido a la diferente naturaleza de bancos y cajas, el reparto de estos beneficios es diferente. Los bancos reparten aproximadamente el 70% de sus beneficios como dividendos a sus accionistas, mientras que el 30% restante lo dedican a incrementar los recursos propios mediante su incorporación a reservas. Las cajas, por su parte, destinan el 72% de sus beneficios a reservas, lo que permite un mayor ritmo de capitalización interna.

Las cajas destinan el 72% de sus beneficios a reservas, lo que les permite un mayor ritmo de capitalización interna

El resto de los beneficios de las cajas, esto es, el 28%, es destinado a una partida que podría tener algún equivalente con los dividendos de los bancos, como es la dotación a obras sociales. Dicha dotación ha superado los 1.000 millones de euros en el último ejercicio y representa un "dividendo social" mediante el cual las cajas, que no tienen accionistas, ni por tanto derechos de propiedad, revierten a la sociedad una parte de sus excedentes.

Sin poner en duda que dicho "dividendo" de las cajas debe atender a sus fines sociales con carácter de universalidad, lo cierto es que el mismo debería ser objeto de una mayor "capitalización" en términos de imagen y de compromiso con la sociedad por parte del sector. Y, desde luego, en sus relaciones comerciales con la clientela, exhibir claramente el valor que, en condiciones de igualdad de ofertas financieras, tiene trabajar con unas entidades que revierten a la sociedad más de la cuarta parte de sus beneficios.

A. Berges y J. Zurita son miembros de Analistas Financieros Internacionales.

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