Reportaje:

Dalí al natural

Una muestra fotográfica recoge insólitos instantes de la cotidianidad del último tercio de la vida del genial pintor

Hiperbólica y, a menudo, histriónica, fue su imagen pública. Pero el genio, el pintor surrealista Salvador Dalí, tampoco fue ajeno a los episodios de la vida doméstica. Los instantes más insólitos de la intrahistoria del artista desde finales de los cincuenta hasta principios de los ochenta en los entornos de Port Lligat, Cadaqués y Figueres fueron captados por los objetivos de ocho fotógrafos. Las 75 fotos más destacadas de los fondos integran la exposición Dalí en el Empordà: la mirada de los fotógrafos ampurdaneses. La muestra, una iniciativa de la asociación Amics dels Museus Dalí y...

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Hiperbólica y, a menudo, histriónica, fue su imagen pública. Pero el genio, el pintor surrealista Salvador Dalí, tampoco fue ajeno a los episodios de la vida doméstica. Los instantes más insólitos de la intrahistoria del artista desde finales de los cincuenta hasta principios de los ochenta en los entornos de Port Lligat, Cadaqués y Figueres fueron captados por los objetivos de ocho fotógrafos. Las 75 fotos más destacadas de los fondos integran la exposición Dalí en el Empordà: la mirada de los fotógrafos ampurdaneses. La muestra, una iniciativa de la asociación Amics dels Museus Dalí y la Fundació La Caixa, se inauguró anoche en el Centre d'Arts d'Altea.

Hasta el 30 de este mes, los seguidores del pintor podrán contemplar al "Dalí más natural, más esencial", en palabras de Rosa Maria Maurell, coordinadora del Centro de Estudios Dalinianos, comisaria de la muestra, en colaboración con la historiadora del arte Inés Padrosa. "Presentamos a un Dalí radicalmente diferente, alejado de su imagen pública del actor que creaba y buscaba espectáculo", añade Maurell.

La exposición se nutre básicamente -en un 40%- de los fondos Meli, legado fotográfico de Melitón Casal, profesional íntimamente vinculado a la vida de Dalí. Otra parte de las instantáneas pertenece a dos fotógrafos aficionados, también estrechamente unidos al pintor: Enrique Sabater, su secretario desde 1968, y el carpintero de su casa de Port Lligat, Joan Vehí. El resto son obra de profesionales cuya relación con Dalí fue esporádica, reporteros gráficos como Joan Moncanut, Adelí Torner, Francesc Simon, Esteve Ayats y Robin Townsend.

La muestra se divide en cinco bloques temáticos. El primero, titulado Dalí espontáneo, recoge los momentos más íntimos del pintor. El visitante puede observar a un relajado Dalí tocando el organillo o al artista comiendo erizos de mar con pescadores en Port Lligat.

El segundo bloque recoge la intensidad y soledad del pintor creando. Bajo el epígrafe Dalí en proceso de creación, se muestran instantáneas de Dalí pintando en su taller de Port Lligat. En unas se observa a Dalí elaborando los bocetos preliminares y, en otras, verificando la evolución de sus obras.

El tercer apartado de la exposición, Dalí en el Teatro-Museo, recorre las etapas de la creación del espacio surrealista que en sí mismo constituye el museo. Unas fotos muestran al pintor en la sala noble o con ropa de trabajo, mientras otras captan la mirada de Dalí sobre el techo en el que luego pintó El palacio de viento, compendio de la iconografía daliniana.

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El cuarto y quinto bloques se adentran en aspectos semipúblicos de la vida del artista y, por tanto, según admite la comisaria de la muestra, más alejados de la filosofía global de la exposición. En el penúltimo apartado, Dalí con personajes, el pintor aparece retratado junto a personajes de ámbito internacional, como el rey Humberto de Saboya o el matrimonio Morse -propietario de la segunda colección más importante de obras de Dalí, en St Petersburg (Florida)- y local, como Severo Ochoa y Josep Tarradellas.

El último bloque, Dalí Performances, refleja algunos de los episodios públicos más llamativos del pintor. Aquí adquiere especial protagonismo la celebérrima foto de Dalí en la plaza de toros de Figueres con una hogaza de pan por montera.

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