Indignación

Me pongo en contacto con ustedes para expresarles mi indignación sobre el proceso de baremación y asignación de plazas escolares en la Comunidad de Madrid. Si bien la puntuación para obtener la baremación de cada hijo es clara y precisa, no es menos cierto que se cometen graves irregularidades en los procesos, ya que nadie coteja la documentación que se entrega con los originales.

Es un hecho constatable que en nuestro país la natalidad ha caído de una forma vertiginosa, pero, ¿cómo vamos a tener hijos si luego carecemos de la infraestructura necesaria para su normal desarrollo?

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Me pongo en contacto con ustedes para expresarles mi indignación sobre el proceso de baremación y asignación de plazas escolares en la Comunidad de Madrid. Si bien la puntuación para obtener la baremación de cada hijo es clara y precisa, no es menos cierto que se cometen graves irregularidades en los procesos, ya que nadie coteja la documentación que se entrega con los originales.

Es un hecho constatable que en nuestro país la natalidad ha caído de una forma vertiginosa, pero, ¿cómo vamos a tener hijos si luego carecemos de la infraestructura necesaria para su normal desarrollo?

¿Cómo es posible que se construyan barrios nuevos sin que éstos estén mínimamente dotados de una infraestructura imprescindible? No sorprende que, cuando tengamos que escolarizar a nuestros hijos, hagamos todas las trampas posibles.

Es indignante que todavía se concedan las plazas en los centros concertados a dedo y que no se pueda hacer nada.

Eso es lo que ocurre con mi hija: no tiene acceso a una plaza en el mismo colegio de su hermana menor y la asignan a otro centro: el colegio San Vicente, de Madrid, que, a pesar de participar de subvenciones, a mi entender está peor dotado que una cárcel, sin patio para los recreos, en estado de ruina... Pero lo más indignante es que todavía se concedan plazas en este tipo de colegios, cuando deberían cerrarse.