Una locomotora herida
Alstom vende en Albuixec una fábrica que es rentable, puntera en Europa y parte esencial de la historia industrial valenciana
Mario Monti, comisario de Competencia de la Unión Europea, citó expresamente la producción de locomotoras de mercancías en España cuando detalló el miércoles los negocios que debe vender Alstom de acuerdo con el plan aprobado por Bruselas para reflotar el gigante industrial. La desinversión en el área de transportes fue requerida por el comisario de Competencia. La decisión de vender precisamente la fábrica de Albuixec corresponde al Gobierno francés, según aseguró ayer un portavoz de Monti, informa Ricardo Martínez de Rituerto.
Las negociaciones entre despachos de París y Brusel...
Mario Monti, comisario de Competencia de la Unión Europea, citó expresamente la producción de locomotoras de mercancías en España cuando detalló el miércoles los negocios que debe vender Alstom de acuerdo con el plan aprobado por Bruselas para reflotar el gigante industrial. La desinversión en el área de transportes fue requerida por el comisario de Competencia. La decisión de vender precisamente la fábrica de Albuixec corresponde al Gobierno francés, según aseguró ayer un portavoz de Monti, informa Ricardo Martínez de Rituerto.
Las negociaciones entre despachos de París y Bruselas pone en la picota una fábrica rentable, puntera en Europa y que es parte esencial de la historia industrial de la Comunidad Valenciana.
El negocio de ferretería de la familia Devís fue el caldo de cultivo sobre el que creció el primer embrión de la actual factoría a finales del siglo XIX. La posterior fusión con una empresa catalana en 1947 fue el origen de Macosa, Materiales y Construcciones, SA, una industria clave en el desarrollo del ferrocarril en España. Pero, sobre todo, clave para la acumulación de capital industrial y humano en la Comunidad Valenciana.
Peritos e ingenieros industriales valencianos disfrutaron de un empleo acorde con su formación durante los peores años de la autarquía, cuando el aislamiento económico de España era total. Los propios profesores eran quienes escribían entonces las cartas de recomendación para que sus mejores alumnos se colocaran en la empresa. La única competencia real de Macosa en la fabricación de material ferroviario en aquellos años era La Maquinista Terrestre y Marítima, radicada en Barcelona.
Macosa fue durante años la mejor escuela de formación profesional para aprendices valencianos. Los talleres de la empresa se extendían sobre una parcela de 60.000 metros cuadrados en la calle de San Vicente, junto a la Estación del Norte, y llegaron a albergar a 1.600 trabajadores.
Una operación avalada en su día por el Banco Central derivó en la fusión de Macosa con una sociedad en pérdidas, la venta de los talleres de la empresa en el centro de Valencia y el traslado de la factoría a un polígono industrial en Albuixec.
La inminente construcción del tren de alta velocidad entre Madrid y Sevilla despertó el interés de Alstom por las factorías de Macosa en Valencia y Cataluña. La empresa cambió de nombre durante el periodo de fusión hasta que se convirtió en Alstom en 1991. El gigante industrial francés asumió el control de una plantilla de 400 empleados muy cualificados y de una fábrica puntera en Europa en la fabricación de bogies, los soportes de las cajas de los vagones y pieza clave para garantizar la solidez, seguridad y velocidad de un tren.
La factoría de Albuixec tiene dos contratos vigentes con Renfe y Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana para reformar 32 locomotoras diesel y construir nueve locomotoras para el tranvía de Alicante. Ambos contratos se adjudicaron el año pasado por 52 y 57 millones de euros.
La decisión de vender la factoría es acogida con fingida tranquilidad desde la Generalitat Valenciana. "Si se vende, es porque tiene comprador", es el comentario privado de un alto cargo de industria.
Pero la nómina de compradores es reducida. Los fabricantes de material ferroviario que actúan en España se cuentan con los dedos de una mano: Talgo, CAF, Siemens y Bombardier. Pero la primera tiene un convenio con la cuarta; la segunda se distingue por su independencia; y la tercera es el rival europeo de Alstom. Una parte de la historia industrial valenciana está herida.