El neoyorquino Dennis Adams presenta en Pamplona sus 'desplazamientos' temporales

El artista exhibe en la galería Pérez de Albéniz tres proyectos de imagen y vídeo

El artista Dennis Adams aplica un sosegado desplazamiento temporal a los acontecimientos históricos hasta convertirlos en materia artística. Reconocido internacionalmente por sus intervenciones públicas y sus instalaciones en museos que tratan sobre el proceso de memoria colectiva y el control social en el diseño y uso de la arquitectura y el espacio, Adams (Des Moines, Iowa, 1948) exhibe en la galería Moisés Pérez de Albéniz de Pamplona tres proyectos en los que plasma la traslación física y temporal de destacados sucesos contemporáneos.

Dennis Adams es profesor en la Cooper Unión de N...

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El artista Dennis Adams aplica un sosegado desplazamiento temporal a los acontecimientos históricos hasta convertirlos en materia artística. Reconocido internacionalmente por sus intervenciones públicas y sus instalaciones en museos que tratan sobre el proceso de memoria colectiva y el control social en el diseño y uso de la arquitectura y el espacio, Adams (Des Moines, Iowa, 1948) exhibe en la galería Moisés Pérez de Albéniz de Pamplona tres proyectos en los que plasma la traslación física y temporal de destacados sucesos contemporáneos.

Dennis Adams es profesor en la Cooper Unión de Nueva York, donde reside, y en la escuela de Arquitectura del MIT en Cambridge. Su estudio queda cerca de las torres gemelas. Días después del 11-S, la interacción de tráfico, arquitectura y viento comenzó a arrastrar por todo Manhattan bolsas de plástico, periódicos y otros restos que seguían sobrevolando semanas después los cielos de la gran urbe. Eran objetos perdurables de la gran catástrofe. "Saqué unas 10.000 fotografías. De todo el material, seleccioné lo que veis", señala el artista en la sala principal de la galería pamplonesa, donde una veintena de imágenes digitales de gran formato exhiben el resultado.

El ojo de Adams plasmó la memoria del momento, las caprichosas evoluciones de titulares de prensa convertidos en profecías. "Después de las omnipresentes imágenes de prensa y televisión sobre los atentados quedaba ésto, detalles delicados, fruto de la necesidad de todos de mirar a otro lado, al cielo de Manhattan, donde flotaban pequeños trozos de basura que pensé", señala Adams, "que quizá pudieran empezar a hablar por sí mismos".

Verticalidad de Nueva York

La bolsa roja de Chinatown en una composición blanca, azul y roja titulada Patriot; periódicos batidos por el viento en los que se leen grandes titulares como Payback (revancha), Sacrilege (sacrilegio), He's no terrorist (no es terrorista) [en una referencia de Bush a Arafat], o Liar, liar (mentiroso, mentiroso) convirtieron el trabajo de Adams en una inédita experimentación sobre la verticalidad de la ciudad de los rascacielos. "Nueva York nunca fue parte de América. Tras el 11-S comenzó a serlo, y ese fue su fin", sentencia un artista que no oculta su desagrado por la política del presidente Bush.

A punto de exponer en el Real Jardín Botánico de Madrid y en el pabellón Van der Rohe de Barcelona, y con un avanzado proyecto para la terminal de ferries de Staten Island de Nueva York, Adams ha llevado a Pamplona otros dos ejercicios de traslación. La videocreación Outtake (1998) en la que toma como base 17 segundos de una película realizada en 1970 con un guión de la periodista Ulrike Meinhof. La cinta, censurada durante dos décadas por la televisión que la encargó, se convierte en manos del creador americano, en 416 fotografías que recogen esa breve secuencia de la película, en la que una niña huye de una monja que le persigue en un internado católico.

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Adams se instaló una videocámara en el antebrazo y comenzó a repartir las fotografías en la calle Kufurstendamm de Berlín. El resultado son 136 minutos de acción directa sobre la respuesta ciudadana a su oferta.

El vídeo se completa con una obra de encargo de la galería pamplonesa. Bajo una fotografía policial del tocadiscos que el líder de la RAF Andreas Baader tenía en su celda cuando se suicidó, Adams ha construido un disco de vinilo muy especial. El terrorista escuchaba ese día el disco de Eric Clapton There is One in Every crowd (Hay uno en cada muchedumbre). Adams ha unido a una base de acero dos copias de vinilo originales del elepé adquiridas en Internet. El resultado es una música ralentizada que distorsiona el sonido. La pieza titulada Lullaby (canción de cuna) se convierte en una inquietante traslación del tiempo y el espacio en el que Baader encontró la muerte.

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