Crónica:LA BODA REAL

Letizia se viste de princesa

La prometida del Príncipe conoce a la realeza europea en el enlace del heredero del trono de Dinamarca con la australiana Mary Donaldson

Letizia Ortiz se vistió ayer de princesa. Lo hizo para asistir con el príncipe de Asturias a la función de gala que se celebró ayer en el Teatro Real de Copenhague, dentro los actos de celebración del enlace de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson. El heredero al trono danés contraerá hoy matrimonio en la catedral de la capital con una abogada australiana en presencia de representantes de todas las familias reales. Don Felipe lo hará dentro de nueve días en la catedral de La Almudena. A pesar de la proximidad de su boda, el príncipe de Asturias ha querido estar en Dinamarca para acompañar ...

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Letizia Ortiz se vistió ayer de princesa. Lo hizo para asistir con el príncipe de Asturias a la función de gala que se celebró ayer en el Teatro Real de Copenhague, dentro los actos de celebración del enlace de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson. El heredero al trono danés contraerá hoy matrimonio en la catedral de la capital con una abogada australiana en presencia de representantes de todas las familias reales. Don Felipe lo hará dentro de nueve días en la catedral de La Almudena. A pesar de la proximidad de su boda, el príncipe de Asturias ha querido estar en Dinamarca para acompañar a su amigo Federico. Ambos son los últimos príncipes herederos europeos que todavía permanecían solteros.

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La presencia en Copenhague de don Felipe y su prometida ha permitido, además, la presentación oficial de la pareja a todas las casas reales. Letizia Ortiz ya había tenido ocasión de conocer a algunos de estos representantes en el funeral de Estado que se celebró en la catedral de La Almudena por las víctimas de los atentados del 11 de marzo. Pero en aquella ocasión don Felipe se limitó tan sólo a una breve presentación de su novia. Estos días en la capital danesa, Letizia se está familiarizando con su ya cercano papel de princesa de Asturias y las casas reales van conociendo a uno de sus nuevos miembros.

Faltaban sólo unos minutos para las siete y media de la tarde cuando en la plaza del Teatro Real apareció el príncipe de Asturias vestido con un elegante frac dando el brazo a su prometida. Letizia vestía un traje diseñado por el modisto español Lorenzo Caprile: un corpiño en brocado con los hombros al aire, la falda ceñida en gasa roja con un pliegue detrás. El pelo lo llevaba recogido en un moño italiano, como otras princesas. Las únicas joyas que lucía fueron su anillo de compromiso, una sencilla pulsera y unos pendientes largos. Letizia sonreía a pesar de los nervios del momento y don Felipe la acompañaba con gesto complacido.

En la plaza del Teatro Real de Copenhague aguardaban la llegada de los invitados cientos de personas desde mediodía. Pero ninguna presencia fue tan vitoreada como la de don Felipe y su prometida. Su llegada fue recibida con gritos de "¡Letizia, Letizia!". Incluso una bandera del principado de Asturias fue alzada entre el público y los periodistas allí presentes, hasta que un agente que formaba parte del dispositivo policial la retiró tras preguntar de qué se trataba. "Somos españoles y ella es asturiana y el Príncipe es de Asturias", respondió la joven que llevaba la bandera. Pero las explicaciones no sirvieron de nada.

Don Felipe y Letizia Ortiz llegaron a media mañana de ayer a Copenhague. Lo hicieron acompañados de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Y anoche arribaron la infanta Elena y Jaime de Marichalar. La reina llegará hoy para asistir a la boda. Ayer doña Sofía fue anfitriona con don Juan Carlos de una recepción en el Palacio de La Zarzuela que ofrecieron a los Reyes de Malaisia.

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Don Felipe no dudó en ningún momento en hacer un alto en los preparativos de su boda para estar junto a Federico de Dinamarca, que también tiene 36 años, en el día en que contraerá matrimonio. Además de mantener ambos una gran amistad, el príncipe de Asturias fue testigo del momento en que el heredero al trono danés conoció a Mary Donaldson. Fue en el verano de 2000 cuando ellos, junto a otros miembros de la realeza europea, se encontraban en Sidney para asistir a los Juegos Olímpicos. Una noche, Nicolás de Grecia, hijo de Constantino y Ana María, organizó una cena a la que también asistió Victoria de Suecia y llamó a unas amigas que tenía en la capital australiana. Una de ellas era Mary Donaldson.

Federico de Dinamarca encontró esa noche a su princesa tras años de mantener relaciones sentimentales con modelos y cantantes que a su madre la reina de Dinamarca no gustaron. Por entonces don Felipe ya mantenía una relación con la modelo noruega Eva Sannum. Casi cuatro años después, los dos príncipes herederos contraerán matrimonio en un espacio de nueve días.

Mary Donaldson era una prestigiosa abogada cuando conoció a Federico y por él dejó su profesión y su país. Se va ganando el afecto de los daneses con detalles como el que protagonizó ayer cuando el viento le arrebató la pamela cuando entraba en el Parlamento. Lejos de azorarse, se echó a reír con ganas.

Letizia Ortiz también ha dejado su trabajo de periodista para convertirse en princesa de Asturias. Ayer en Copenhague las dos nuevas princesas conocieron a las un poco más veteranas, Máxima de Holanda, Matilde de Bélgica y Mette-Marit de Noruega. Ellas cinco están llamadas a ser las reinas del siglo XXI, cuando para ser soberana no es ya necesario tener sangre azul.

Don Felipe y Letizia, en el palco del Teatro Real de Copenhague, junto a los grandes duques de Luxemburgo (izquierda).EFE

Una boda diseñada por la reina

A Margarita de Dinamarca le costó aceptar a Mary Donaldson como novia de su hijo Federico. Han tenido que pasar cuatro años para que el heredero haya logrado la autorización de su madre para contraer matrimonio. Pero una vez que Margarita, una de las monarcas más tradicionales de la realeza europea, dio el sí a Federico, se convirtió en una entusiasta organizadora de la boda que hoy se celebra en la capital danesa.

Nada más llegar al aeropuerto de Copenhague se descubre que la ciudad está de fiesta. Grandes carteles cuelgan de algunos de los edificios, en ellos aparece la imagen sonriente de los novios obtenida el día que se hizo oficial su compromiso. Completa la decoración nupcial un logotipo diseñado por la reina Margarita en el que se entrelazan las iniciales de los novios. La monarca danesa es una experta diseñadora que en más de una ocasión ha contribuido con sus dibujos a algunos de los acontecimientos más importantes de su país.

Este anagrama con las iniciales de Federico y Mary también ha sido utilizado en una vajilla que los novios han recibido como regalo de su boda y en los numerosos artículos que se han confeccionado para la ocasión. Pero los daneses son mucho más contenidos que los españoles. Ayer en las calles de Copenhague, en las que todavía se nota el frío viento del norte, la gente observaba en silencio la llegada de los invitados a la gala del Teatro Real. Don Felipe está convencido de que notará la calidez de la gente en su paseo nupcial por las calles de Madrid, como lo ha percibido durante sus últimas apariciones con Letizia. Estos últimos días ya se oyó en más de una ocasión el tradicional "Viva los novios".

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