OPINIÓN DEL LECTOR

San Isidro, sin colegio

Esta mañana, al ir a dejar a mis hijos en la escuela infantil donde están inscritos, los padres de los alumnos hemos recibido una comunicación en la que se nos informa de que, dado que el Día de San Isidro, festividad local en Madrid capital, coincide con un día no lectivo -sábado, en este caso-, la misma se traslada al lunes 17 de mayo. A nadie se le escapa que el cierre de la escuela infantil en un día laborable, como es el lunes 17, ya que es un día festivo sólo para estos centros educativos, causa un trastorno más que notable a los padres de los alumnos que asisten a los mismos.
...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Esta mañana, al ir a dejar a mis hijos en la escuela infantil donde están inscritos, los padres de los alumnos hemos recibido una comunicación en la que se nos informa de que, dado que el Día de San Isidro, festividad local en Madrid capital, coincide con un día no lectivo -sábado, en este caso-, la misma se traslada al lunes 17 de mayo. A nadie se le escapa que el cierre de la escuela infantil en un día laborable, como es el lunes 17, ya que es un día festivo sólo para estos centros educativos, causa un trastorno más que notable a los padres de los alumnos que asisten a los mismos.

Nos pasamos el día oyendo a los responsables políticos hablar de la conciliación familiar y laboral, y resulta que con el visto bueno de sindicatos y de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, un día en que los padres trabajamos, se nos impone el cierre de las escuelas. ¿Tiene esto algún sentido? ¿A quién se le exige la compensación de los perjuicios que ello supone? Somos Unión Europea para algunas cosas -subidas de precios, impuestos absurdos-, pero para otras cosas -ayuda seria y firme a la conciliación de la vida familiar y laboral-, no. A los sindicatos de profesores les encanta llenarse la boca con mensajes reclamando calidad en la enseñanza (en el fondo, lo único que exigen siempre son subidas salariales), pero en cuanto se puede, se impone a los padres trabajadores la obligación de tener que renunciar a un día de sus vacaciones, en el mejor de los casos, para que los profesores o educadores disfruten de unos días de fiesta de los que no disfrutamos el resto de trabajadores.

¿Hasta cuándo tendremos que soportar esto las familias españolas?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En