Reportaje:

El coronel escribe sobre Irak

Arturo Vinuesa, que trabajó como agregado militar en varias guerras, presenta en Valencia un libro sobre el conflicto

Conoció a Bin Laden, cuando éste se presentaba como un jeque saudí multimillonario, y trabajó como agregado militar en Paquistán durante la invasión rusa de Afganistán; en Irak, cuando la guerra con Irán y la posterior del Golfo, y en Los Balcanes, mientras el conflicto fratricida... La hoja de servicios del coronel en la reserva del Ejército español Arturo Vinuesa recorre algunos de los puntos más calientes del planeta siempre como experto analista de la llamada "inteligencia abierta". La encubierta es por la que se mueven los espías al uso que muy raramente presentan libros.

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Conoció a Bin Laden, cuando éste se presentaba como un jeque saudí multimillonario, y trabajó como agregado militar en Paquistán durante la invasión rusa de Afganistán; en Irak, cuando la guerra con Irán y la posterior del Golfo, y en Los Balcanes, mientras el conflicto fratricida... La hoja de servicios del coronel en la reserva del Ejército español Arturo Vinuesa recorre algunos de los puntos más calientes del planeta siempre como experto analista de la llamada "inteligencia abierta". La encubierta es por la que se mueven los espías al uso que muy raramente presentan libros.

Sí lo hizo ayer el coronel Vinuesa en la Fnac de Valencia, dentro de las actividades programadas por la Unió de Periodistes Valencians en torno al acto de entrega de los Premis Llibertat d'Expressió, que tendrá lugar mañana. Iraq ¿justicia o ambición? (editorial Fundamentos), su última obra, ofrece información para que lector pueda responder a la pregunta abierta.

Hijo de un gibraltareño y una inglesa, Vinuesa (1940) considera un "tremendo error" la participación de España en una guerra "ilegal, ilícita e injustificable". En su libro expresa los intereses geoestratégicos norteamericanos por establecer cuatro bases permanentes en Irak para influir y presionar sobre todo el mundo árabe y en particular sobre objetivos relacionados con el terrorismo: Irán, Siria, Palestina y Arabia Saudí. Además de citar los intereses petrolíferos, Vinuesa insiste en los planes de EE UU de amenazar con una ocupación y represalia rápida en caso de ataques terrorista.

Vinuesa vivió el "régimen dictatorial y tiránico" de Sadam Hussein, pero recuerda que la carta de la ONU prohíbe inmiscuirse en un país con el empleo de la fuerza incluso para erradicar un régimen totalitario. El coronel apuesta por la legalidad internacional y la justicia, justicia que sigue reclamando para esclarecer la muerte de su hijo, también militar, durante unas maniobras de adiestramiento hace más de 10 años.

Este episodio ha marcado su vida y también su carrera. No llegó a general porque, según le dijeron, el general Javier Calderón, que fue director del CSIC, lo desaconsejó porque no hubiera sido bien visto en el estamento militar por su constante reclamación.

Vinuesa señala que las armas de destrucción masiva que vendió EE UU a Irak ya no existen: o fueron utilizadas en la guerra de Irán o están en desuso o fueron eliminadas.

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Tampoco se puede saber con exactitud el número de víctimas iraquíes, al contrario de lo que sucede con las tropas aliadas. Vinuesa señala que en la Guerra del Golfo hubo entre 200.000 y 300.000 muertos entre los soldados iraquíes. El coronel y profesor de la Universidad Europea de Madrid pone el ejemplo de un vídeo que obtuvo a través de la Nunciatura del Papa en Irak. En él se mostraba cómo las excavadoras norteamericanas enterraban vivos a los iraquíes cuando salían de sus trincheras de tierra en la Guerra del Golfo. En el actual conflicto sugiere, en función de diversos informes, alrededor de 50.000 soldados iraquíes muertos. De los civiles, de los llamados daños colaterales, no se aventura a dar una cifra.

¿Qué se puede hacer y qué pasará en Irak? Vinuesa considera que la población de EEUU se cansará de ver desfilar féretros, que ya suman 750 (además de los miles de heridos), como sucedió en Vietnam. Incide en que sólo un acuerdo de la comunidad internacional en el seno de la ONU puede sentar las bases políticas y administrativas para un nuevo estado en Irak. La situación parece haber llegado a un punto en que se ha de pudrir para volver a reconstruir, sugiere.

Entre otros razones, Vinuesa explica la obediencia de Aznar al dictado de EE UU por una estrategia para que España entrara en el G-8, para conseguir el apoyo americano en todo lo referente a Marruecos -aunque lamenta el "patrioterismo" del "peor ministro" de Defensa de la democracia, Federico Trillo, en la isla de Perejil, defiende que hay que responder a una agresión- y para combatir el terrorismo de ETA. En este último apartado indica que los satélites espía de EE UU han detectado comandos etarras y han contribuido a la lucha antiterrorista.

Terrorismo de Estado es lo que practica Ariel Sharon, añade Vinuesa, que se muestra muy crítico con la política israelí y con la actuación del Mossad. Sin embargo, reconoce la superioridad del servicio secreto israelí y la supremacía tecnológica de la CIA. Recuerda que el primero ayudó a la formación del servicio de inteligencia español e insiste en que Palestina es el mayor problema.

Impecablemente vestido, Vinuesa, "el coronel rebelde", según definición del periodista César Jara -que presentó el militar ayer en el acto en el que también participó el diputado socialista Andrés Perelló, que ha visitado Irak- no rehúye ninguna cuestión y sólo pide pasar a otra cosa cuando se adentra en los recuerdos de su hijo.

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