La policía pide que se tripliquen los agentes y los medios contra el terrorismo islamista

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado calculan que para combatir eficazmente el terrorismo internacional, sin descuidar la lucha contra ETA, sería necesario triplicar el número de efectivos y de medios. Los responsables de las unidades centrales antiterroristas de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía ya han planteado estas necesidades al ministro del Interior, José Antonio Alonso, al que han informado de que de los cerca de 800 agentes de información de ambos cuerpos, sólo un centenar se dedica al terrorismo islamista, a pesar de que lograron refuerzos tras el 11-S.
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Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado calculan que para combatir eficazmente el terrorismo internacional, sin descuidar la lucha contra ETA, sería necesario triplicar el número de efectivos y de medios. Los responsables de las unidades centrales antiterroristas de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía ya han planteado estas necesidades al ministro del Interior, José Antonio Alonso, al que han informado de que de los cerca de 800 agentes de información de ambos cuerpos, sólo un centenar se dedica al terrorismo islamista, a pesar de que lograron refuerzos tras el 11-S.

Los responsables antiterroristas españoles albergan un sentimiento de culpa y de profunda frustración por no haber sabido valorar la amenaza de los fanáticos islamistas en su verdadera dimensión, ni prever ni evitar la catástrofe del 11-M, a pesar de que justo entonces estaba activada una vasta operación ante un previsible atentado de ETA antes de las elecciones del 14 de marzo.

No obstante, también subrayan que ya habían lanzado todo tipo de avisos sobre la creciente presencia de radicales islamistas en España de diferentes nacionalidades y que habían llevado a cabo operaciones contra células ya activadas (citan la detención de Mohamed Bensakhria, o la polémica Operación Lago), elementos financieros (del atentado de Yerba, Túnez, y del propio 11-S) y logísticos (del 11-S o de los atentados de Casablanca).

No les consuela, confiesan, el hecho de que servicios tan potentes como la CIA o el FBI no supieran valorar ni prever la catástrofe del 11-S ni que los servicios de información alemanes no detectaran la famosa célula de Hamburgo. Pero sí se han fijado en una recientes declaraciones de George Tenet, máximo responsable de la CIA, en el sentido de que si se mantiene el ritmo de inversión y de refuerzos de personal para combatir a Al Qaeda, los servicios de EE UU "estarán al nivel" de la nebulosa organización que encabeza Osama Bin Laden.

Los jefes antiterroristas españoles confiesan que, a la vista de lo que han investigado tras el 11-M, España "no dispone de tanto tiempo" y hay que actuar ya. Por ello han saludado la iniciativa de José Antonio Alonso de solicitarles un informe sobre cómo debe organizarse la lucha contra el terrorismo islamista, sin olvidar que ETA sigue activa, aunque debilitada.

Alonso ha pedido los informes al general de división José García Varela, jefe de Investigación e Información de la Guardia Civil, y al comisario general de Información, Jesús de la Morena. El instituto armado cuenta con unos 250 agentes en las unidades centrales antiterroristas, de los que unos 50 están encuadrados en la llamada Unidad Central Especial (UCE 2), al mando del coronel Faustino Álvarez, para el combate del terrorismo internacional. La unidad fue reforzada en un 25% tras los atentados del 11-S. La policía, por su lado, cuenta con medio millar de agentes en la Comisaría General de Información, de los que medio centenar se dedican al terrorismo islamista dentro de la llamada Unidad Central de Información Exterior (UCEE).

Los mandos antiterroristas han explicado al ministro que sería necesario triplicar los efectivos, pero con gente bien preparada y con experiencia. Entre ellos debería incluirse un cuerpo de traductores (fundamentalmente de francés y de árabe). Asimismo, afirman que necesitarían más medios técnicos, reformas legales que permitan mayor control sobre personas que puedan considerarse amenazas potenciales y contar con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) por sus relaciones con otros servicios de inteligencia. Los efectivos deberían estar, agregan, perfectamente coordinados para no mezclarse en las pesquisas o para compartir las que se lleven ya a cabo, una coordinación que ahora no es todo lo fluida que sería necesario.

Disfunciones

Un ex alto cargo del departamento recuerda cómo en las reuniones de coordinación en Interior, tras una reunión común con los mandos de ambos cuerpos, era necesario mantener inmediatamente después contactos bilaterales con cada jefe policial "para poder saber de verdad, sin que se cortaran por la presencia del otro, lo que cada uno tenía". Esta disfunción la achacaba dicho alto cargo "a la natural competitividad y celo profesional de ambos cuerpos".

La remodelación va a tener que llevarse a cabo sin el que hasta ahora ha sido el máximo responsable antiterrorista de la policía durante los últimos ocho años, el comisario Jesús de la Morena. Éste acaba de firmar su pase a la segunda actividad y tenía apalabrado desde mucho antes de los atentados del 11-M (firmó un precontrato en enero, según personas de su entorno) su pase a la empresa privada. De hecho, las fuentes consultadas aseguran que ya debería haberse incorporado a su nuevo puesto.

De la Morena se va a encargar de la seguridad de una compañía de transportes, pero está recibiendo peticiones para que aguante en el cargo hasta que esté totalmente resuelto en España todo lo relativo a la masacre de los trenes o, como mínimo, hasta después de la boda entre el príncipe Felipe y Letizia Ortiz, que se celebrará en la catedral de la Almudena de Madrid el 22 de mayo.

Según Europa Press, el nuevo director general de la Policía será Víctor García, quien ocupará el cargo provisionalmente, hasta que se cree el cargo de mando único de la policía y Guardia Civil.