No con mi voto

Mis políticos, aquellos a los que he votado, me han traicionado. Me explico.

Las corridas de toros no son una fiesta, y mucho menos nacional. Son un ritual, el ritual pagano más antiguo del mundo. Ritual dramático y religioso. Poquísimos ignorantes quedan ya, afortunadamente, que relacionan toros con nacionalidad. Los toros son universales. Es un ritual mediterráneo íntimamente ligado a la cultura europea. Los toros son tan catalanes como castellanos o andaluces. Barcelona ha sido y es una ciudad de cultura taurina de la que salen toreros y novilleros, y donde hay muchísimos aficionados...

Mis políticos, aquellos a los que he votado, me han traicionado. Me explico.

Las corridas de toros no son una fiesta, y mucho menos nacional. Son un ritual, el ritual pagano más antiguo del mundo. Ritual dramático y religioso. Poquísimos ignorantes quedan ya, afortunadamente, que relacionan toros con nacionalidad. Los toros son universales. Es un ritual mediterráneo íntimamente ligado a la cultura europea. Los toros son tan catalanes como castellanos o andaluces. Barcelona ha sido y es una ciudad de cultura taurina de la que salen toreros y novilleros, y donde hay muchísimos aficionados que entienden y aman los toros. En Ceret se toca Els segadors antes del paseíllo y en todo el sur de Francia los toros son un símbolo de identidad catalana y catalanista. No insulte más a los ciudadanos barceloneses, señor Portabella, y haga el favor de documentarse o preguntar a algún compañero de partido que acude asiduamente a las ferias francesas de incógnito. La manipulación de los toros por parte de algún partido político (CiU y ERC) suena a calco del franquismo, de cuando la dictadura trataba de apropiarse de los toros y el flamenco.

Dejen a los aficionados a los toros en paz, que son tan catalanes y barceloneses como ustedes.