Reportaje:FÚTBOL | 33ª jornada de Liga

El líder más democrático

Benítez ordena las rotaciones en función de un método de cálculo francés que estrenó el Manchester

Hasta el último de la fila tiene derecho a sentirse importante en el Valencia. Caso del delantero Juan Sánchez, quien, a excepción del lateral izquierdo brasileño Fabio Aurelio, lesionado casi todo el curso, es el jugador de la plantilla que menos minutos ha disputado, el más marginado, por tanto, por el entrenador, Rafa Benítez. Sin embargo, Sánchez ha jugado 563 minutos en las tres competiciones y ha marcado dos goles, uno de ellos decisivo: sirvió para eliminar al Besiktas en la Copa de la UEFA. "En el primer tramo del campeonato no me sentía útil, porque no iba convocado, pero desde enero ...

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Hasta el último de la fila tiene derecho a sentirse importante en el Valencia. Caso del delantero Juan Sánchez, quien, a excepción del lateral izquierdo brasileño Fabio Aurelio, lesionado casi todo el curso, es el jugador de la plantilla que menos minutos ha disputado, el más marginado, por tanto, por el entrenador, Rafa Benítez. Sin embargo, Sánchez ha jugado 563 minutos en las tres competiciones y ha marcado dos goles, uno de ellos decisivo: sirvió para eliminar al Besiktas en la Copa de la UEFA. "En el primer tramo del campeonato no me sentía útil, porque no iba convocado, pero desde enero sí empecé a sentirme partícipe", afirmó ayer Sánchez desde la concentración del Valencia, que hoy recibe como líder a la Real Sociedad en Mestalla y que tiene al alcance igualar el récord de victorias consecutivas, siete, de la campaña 1947-1948.

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Sánchez ha sido clave para su equipo en un determinado momento; lo mismo que Canobbio, Xisco y David Navarro, los otros que menos han intervenido. Por el contrario, los otros tres conjuntos aspirantes al título cuentan con un puñado de marginados de presencia irrelevante en las alineaciones: el central Mario en el Barça, por ejemplo; Djalminha y Amavisca en el Deportivo; o los jóvenes Núñez, Jordi y Juanfran en el Real Madrid de Carlos Queiroz.

En el otro extremo de la pirámide, donde figuran los jugadores con más partidos a sus espaldas, los del Madrid se llevan la palma. Tres de ellos -Michel Salgado, Raúl Bravo y Casillas-superan la barrera de los 4.000 minutos. También uno del Deportivo, el defensa portugués Andrade. En el Valencia, en cambio, ninguno alcanza esa cima. Tampoco en el Barça, cuyo técnico, Frank Rijkaard, ha sido equitativo en la distribución de minutos.

Curiosamente, el más explotado en el cuadro de Benítez es el lateral izquierdo Carboni, el más veterano de la Liga con 39 años y al que la entidad levantina ha renovado ya por dos temporadas. Se debe a que, con la lesión de Fabio Aurelio, Benítez no ha tenido un recambio natural para él.

Es casi imposible adivinar una alineación del preparador madrileño, siempre distintas en los últimos 10 partidos. Ha habido, eso sí, una prioridad de Benítez para la Liga, donde han actuado casi todos los titulares, mientras que en la Copa del Rey y la Copa de la UEFA ha dado más cancha a los suplentes.

Ahora bien, la cuota de protagonismo de los futbolistas del Valencia no es consecuencia de la generosidad del entrenador, no, sino de su absoluta fe en el reparto de esfuerzos a fin de llegar frescos al final del curso. Es la política de rotaciones de Benítez, que puede convertirse en una de las claves del campeonato, tal y como sucedió en la Liga que el Valencia ganó hace dos años. Aunque el pasado curso, con el mismo sistema, el equipo sólo pudo ser quinto en la Liga.

Licenciado en Educación Física en 1982 en Madrid, Benítez, de 44 años, es un enamorado de la materia. Después de licenciarse, fue profesor en distintos colegios públicos y privados. Y su interés se multiplicó cuando conoció a Paco Ayestarán, su preparador físico en el Valencia. Entre ambos, se han encargado de calcular el número de kilómetros que corre sus jugadores cada temporada.

Ayestarán entrena con la ayuda de un programa de ordenador. Y en cada partido en Mestalla, ocho vídeocámaras graban los movimientos de los jugadores y ofrecen datos físicos, tácticos y técnicos, como distancias recorridas y velocidades, o lugares donde se dan los pases y se recuperan los balones. Es el conocido como sistema Amico, de origen francés, que fue utilizado por primera vez por el Manchester United y que aún no está generalizado en el fútbol de élite. Según Ayestarán, se trata de hacer un análisis de todas las variables que surgen en un partido para obtener comparativas rápidas de jugadores, de temporadas o de cada jugador en su puesto determinado. Y, de esta forma, saber si el proceso de entrenamiento produce el efecto que se busca. El sistema será desarrollado por ingenieros del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia.

"Ya no podemos engañar a nadie", concluye el delantero Xisco. "El técnico sabe lo que hemos corrido en cada partido". Todo queda apuntado para que Benítez pueda hacer sus cálculos.

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