Análisis:Inversión | CONSULTORIO

Empresa familiar

Según el Instituto de Empresa Familiar (www.iefamiliar.com), en España hay en activo más 2,5 millones de empresas familiares, que contribuyen a mantener más de 9,5 millones de empleos (el 60% del empleo privado). Aunque en un principio, y con las cifras citadas, se puede intuir que estas empresas son de tamaño reducido, la realidad nos muestra que de las 100 primeras empresas españolas por volumen de facturación, unas 25 son familiares.

Por otro lado, la empresa familiar en España presenta una caracterización diferenciada frente a estructuras similares en otros países. La nota más relev...

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Según el Instituto de Empresa Familiar (www.iefamiliar.com), en España hay en activo más 2,5 millones de empresas familiares, que contribuyen a mantener más de 9,5 millones de empleos (el 60% del empleo privado). Aunque en un principio, y con las cifras citadas, se puede intuir que estas empresas son de tamaño reducido, la realidad nos muestra que de las 100 primeras empresas españolas por volumen de facturación, unas 25 son familiares.

Por otro lado, la empresa familiar en España presenta una caracterización diferenciada frente a estructuras similares en otros países. La nota más relevante de las españolas es la dificultad de supervivencia de los negocios entre distintas generaciones familiares: se suele decir que la primera es la que funda la empresa, la segunda la que la consolida e internacionaliza, y la tercera la que dilapida el negocio. Según el Instituto de Empresa Familiar, sólo un 15% de los negocios sobrevive a la tercera generación.

Abundan las estructuras financieras en las que no hay una separación clara entre patrimonio personal y patrimonio empresarial

Desde una perspectiva financiera, es tradicional de la empresa familiar española la escasa apelación a los mercados de capitales, siendo la autofinanciación, en primer lugar, y la financiación bancaria, en segundo, las formulas más utilizadas. Por otro lado, llama también la atención el importante grado de concentración en su accionariado. Por esta razón, suele ser habitual encontrar estructuras financieras en las que no existen límites claros de separación entre el patrimonio personal del grupo familiar y su patrimonio empresarial.

Para el 2004, sin embargo, la recuperación de las bolsas y el buen tono que empiezan a mostrar los flujos de capital hacia la renta variable permiten anticipar el interés, en algún caso anunciado recientemente, de los grupos empresariales familiares por su salida a cotizar en mercados. Tendencia que viene avalada, además, por datos que vienen de otros mercados: en lo que va de año, las salidas a Bolsa en el mercado americano han alcanzado ya un volumen cercano al registrado durante todo el 2003.

Alberto Ruiz Rodríguez y Alfonso Franco son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas. Grupo Analistas.

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