OPINIÓN DEL LECTOR

Yo fui el primero

No sé si fui el primero o el segundo, pero reconozco que envié un e-mail a un amigo animándolo a salir a la calle el 13-M a la búsqueda de la verdad. Acción que nos llevó a recorrer las calles de la ciudad -y entre ellas la de la sede del PP- con un cartel de No a la guerra. Lo hicimos sin violencia y en legítima defensa del orden institucional, por lo cual no me considero ni antidemocrático ni miserable. Al revés, estoy orgulloso de la respuesta ciudadana, al reclamar la verdad y unos comicios limpios.

Sabía que eso, legalmente, no se podía hacer, pero lo que estaba pasan...

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No sé si fui el primero o el segundo, pero reconozco que envié un e-mail a un amigo animándolo a salir a la calle el 13-M a la búsqueda de la verdad. Acción que nos llevó a recorrer las calles de la ciudad -y entre ellas la de la sede del PP- con un cartel de No a la guerra. Lo hicimos sin violencia y en legítima defensa del orden institucional, por lo cual no me considero ni antidemocrático ni miserable. Al revés, estoy orgulloso de la respuesta ciudadana, al reclamar la verdad y unos comicios limpios.

Sabía que eso, legalmente, no se podía hacer, pero lo que estaba pasando clamaba al cielo. No hubo ninguna planificación y sólo ciudadanos que, como yo, necesitaron la verdad antes de votar.

No pertenezco a ningún partido político. Todo fue improvisado y esta campaña por incriminarnos esconde una venganza por la pérdida de poder, cuando tendrían que estar contentos de que tantos ciudadanos responsables saliesen a la calle exigiendo transparencia. La mayoría del pueblo español ha dado una lección de compromiso, más allá del simple y cada vez más mecánico ejercicio de votar.

A pesar de no ser héroes, sino simples ciudadanos, fue en la calle donde este país y su democracia han comenzado a respirar de nuevo. Tiempo de libertad.

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