Crítica:JUEGOS

Armas de risa

El jugador encabeza un divertido cuarteto de ladrones que deben recuperar una reliquia con armas como el lanzatiburones o un sacacorchos que gira el mundo

Un videojuego conquista al jugador si es capaz de hacerle reír. Añadiendo un par de chispeantes ingredientes al género de la acción sin descanso, Armed and Dangerous se hace un hueco a fuerza de un hilarante guión y una desbordante creatividad para inventar nuevas armas, cada cual más cómica.

¿En qué debían estar pensando los programadores de Planet Moon para diseñar el lanzatiburones?

Con él, el protagonista puede lanzar un escualo que, como un torpedo, se desliza bajo tierra hasta aparecer bajo los pies del enemigo al cual se zampa de un bocado. El sacacorchos es también...

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Un videojuego conquista al jugador si es capaz de hacerle reír. Añadiendo un par de chispeantes ingredientes al género de la acción sin descanso, Armed and Dangerous se hace un hueco a fuerza de un hilarante guión y una desbordante creatividad para inventar nuevas armas, cada cual más cómica.

¿En qué debían estar pensando los programadores de Planet Moon para diseñar el lanzatiburones?

Con él, el protagonista puede lanzar un escualo que, como un torpedo, se desliza bajo tierra hasta aparecer bajo los pies del enemigo al cual se zampa de un bocado. El sacacorchos es también digno de un capítulo del Correcaminos. Se introduce en el suelo y el mundo literalmente se pone bocabajo, cayendo todos los malos hacia el cielo mientras Roman, controlado por el jugador, no cae al estar agarrado al artilugio.

Armed and Dangerous

Desarrolla: Planet Moon Studios

Distribuye: Proein

Plataforma: Windows, Xbox

Género: Acción

Edad recomendada: Mas de 16 años

Precio: 50, 60 euros

Más información

Puestos en materia el título es un juego de disparos a diestro y siniestro en un mundo tridimensional recreado de forma sublime, donde el personaje principal se observa de cuerpo entero desde atrás. A lo largo de más de veinte misiones hay que guiar a una cuadrilla de ladrones llamada Lionhearts, formada por Roman, el forzudo escocés Jonesy, un robot británico llamado Q y un bicho feo, pequeño, ciego y apestoso al que se dirigen por Rexus. Ellos no lo saben, pero están liberando al mundo del tirano King of Forge en su obsesión por arrebatarle una reliquia que previamente él ha robado a la humanidad.

La acción no destaca precisamente por la variedad de enemigos que ofrece. Es una lástima que un juego con tantas virtudes caiga en la monotonía de tener que matar una y otra vez a los mismos monjes, ovejas o robots. Más cuando la diversión consiste precisamente en eso, en que la aventura vomite hordas de numerosos enemigos a cada paso que se da, y el usuario debe acabar con ellos de una forma más o menos divertida.

El cortacésped, o arma que permite un trabajo más eficaz con el menor esfuerzo, es la ametralladora, de la cual es conveniente no separarse ni un instante. El nivel de dificultad permite usar una ayuda para apuntar a los blancos dirigida a quienes tienen menos pericia con el ratón o el mando de la Xbox. Una brújula impide que se pierda el rumbo a seguir para finalizar los retos, dado que los escenarios son abiertos y bastante grandes.

Como el juego se termina en unas 10 horas, para aquellos que tienen callos en el índice fruto de su experiencia, es conveniente una segunda cata intentando explorar todas las posibilidades de las alocadas armas anteriormente mencionadas. Se puede acabar con un ejército tiro a tiro, pero también es posible lanzar un certero cohete al pilar de la construcción sobre la que se hallan y sepultarles bajo la ruina.

No menos divertido es usar las bombas traidoras que invierten la voluntad de los rivales originando que se maten entre ellos. Además, hay varios bonos que se consiguen haciendo cosas para las que hay que desviarse de la ruta que indica la brújula.

El guión es el sostén que consigue enganchar hasta el final al jugador. Entre combates aparecen escenas de vídeo donde los personajes desgranan la historia en la línea de la mejor comedia de situación. Los chistes hacen gracia de verdad y no se notan forzados. El humor es ácido, irreverente y en cierto modo cruel, sin olvidar la crítica social. Clama al cielo que las imágenes que acompañan a tan acertados diálogos no estén a la altura. Parecen hechas deprisa y corriendo y por un equipo totalmente distinto al que se ha encargado del buen trabajo gráfico del juego en sí.

El equipo de Planet Moon es irreverente por definición. Tanto es así que la mayoría de chascarrillos hacen burla de La Guerra de las Galaxias, buque insignia de Lucas Arts, compañía que precisamente les ha producido Armed and Dangerous. Rexus, el personaje más feo y carismático, es en la práctica un calco de Yoda, poderes mentales incluidos, pero con el añadido de estar como un cencerro. Decenas de escenas del videojuego son parodias de las películas de George Lucas y, en algunos casos, son realmente salvajes.

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