No todos los partidos son iguales
He leído en el suplemento Domingo de EL PAÍS un interesante artículo de Mónica Méndez Lago y Andrés Pedreño Cánovas en el que, con el título "Aquí vivo, aquí voto", desgranan sus convincentes argumentos a favor del reconocimiento de los derechos políticos de los inmigrantes.
Sólo tengo que hacerles un reproche amistoso. Se quejan de que "una vez más se está desaprovechando la campaña electoral para abordar una cuestión urgente: los derechos políticos de los inmigrantes" y añaden que "este tema no aparece en sus programas electorales".
Quiero recordarles que en esto tampoco todos ...
He leído en el suplemento Domingo de EL PAÍS un interesante artículo de Mónica Méndez Lago y Andrés Pedreño Cánovas en el que, con el título "Aquí vivo, aquí voto", desgranan sus convincentes argumentos a favor del reconocimiento de los derechos políticos de los inmigrantes.
Sólo tengo que hacerles un reproche amistoso. Se quejan de que "una vez más se está desaprovechando la campaña electoral para abordar una cuestión urgente: los derechos políticos de los inmigrantes" y añaden que "este tema no aparece en sus programas electorales".
Quiero recordarles que en esto tampoco todos los partidos son iguales. Izquierda Unida respalda esa justa reivindicación no sólo en campaña electoral, sino de forma permanente desde hace años.
En su programa electoral (página 71), Izquierda Unida propone: "El reconocimiento del derecho de sufragio activo y pasivo a las personas extranjeras residentes en España a partir de dos años de residencia para las municipales y tres para el resto, con independencia de su nacionalidad".
Y en la página 54, reclama "la reforma del Código Civil para facilitar a las personas extranjeras residentes en España el acceso a la nacionalidad española. Los nacidos en España tendrán la opción de adquirir la nacionalidad española, si así lo desean sus padres. Cuando alcancen la mayoría de edad, podrán ratificar esa decisión u optar por su nacionalidad de origen".
Del mismo modo, IU propone que los emigrantes españoles que adquieran otra nacionalidad extranjera puedan conservar simultáneamente la nacionalidad española. Es decir, la doble nacionalidad.
Soy consciente de que estas propuestas no son fáciles de defender en campaña electoral, al menos por parte de aquellos que temen perder los votos de la parte más retrógrada de nuestra sociedad.
Pero IU y su candidato a la presidencia del Gobierno no han dudado en defender públicamente el derecho de voto de los inmigrantes en esta campaña electoral.