Análisis:COYUNTURA INTERNACIONAL

¿Vuelve la inflación?

El Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos contemplan una estabilidad de los precios en el horizonte previsible. Esta percepción, a pesar de la aceleración del crecimiento, les permitirá mantener su actual política monetaria durante buena parte de 2004. Similar opinión puede inferirse de las previsiones de los analistas.

Sin embargo, en los últimos meses se está produciendo una divergencia entre la moderación de las previsiones de crecimiento de los precios y las crecientes expectativas de inflación implícitas en las cotizaciones de los bonos indiciados a esta varia...

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El Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos contemplan una estabilidad de los precios en el horizonte previsible. Esta percepción, a pesar de la aceleración del crecimiento, les permitirá mantener su actual política monetaria durante buena parte de 2004. Similar opinión puede inferirse de las previsiones de los analistas.

Sin embargo, en los últimos meses se está produciendo una divergencia entre la moderación de las previsiones de crecimiento de los precios y las crecientes expectativas de inflación implícitas en las cotizaciones de los bonos indiciados a esta variable económica (que grosso modo es la diferencia entre la rentabilidad del bono nominal y el indiciado, y que representa la inflación esperada en media para los próximos 10 años). En efecto, la expectativa de inflación a largo plazo implícita en el bono indiciado a 10 años emitido por el Tesoro de EE UU ha pasado del 1,99% en octubre al 2,46% de esta misma semana. En el caso de los bonos indiciados a la inflación emitidos por el tesoro público francés, esta medida ha pasado del 1,80% al 2,05% en el mismo periodo.

Existe una divergencia entre la moderación de las previsiones de crecimiento de los precios y las crecientes expectativas de inflación
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¿Es esta divergencia de expectativas de inflación una señal de alerta para los bancos centrales? Los últimos comunicados, boletines y actas del BCE y Reserva Federal hacen referencia a la necesidad de vigilar estrechamente las expectativas de inflación implícitas en el mercado de bonos, ante el riesgo de que se produzca una traslación a las expectativas de los agentes y, finalmente, a los precios de consumo o IPC. No faltan razones para ello. La principal, el fuerte encarecimiento experimentado por las materias primas desde inicios de 2003, que tradicionalmente, aunque con un retardo temporal, ha derivado en alzas en los precios al consumo (vía traslación por las empresas de aumentos de coste de imputs o precios de producción hacia precios de bienes finales). Sin embargo, también hay razones para pensar en la existencia de un importante sesgo en las expectativas de inflación implícitas en el precio de los bonos indiciados. En este sentido, el actual desequilibrio entre la fuerte demanda por este tipo de producto y su todavía escasez relativa tendería a provocar una sobreestimación de la inflación implícita o diferencial de rentabilidad cotizada frente al bono nominal.

María José Huete y José Manuel Amor son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

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