Reportaje:FÚTBOL | Ida de los octavos de final de la Liga de Campeones

Las goteras defensivas de Lippi

El club turinés ha recibido 25 goles en 22 partidos de Liga, sólo cuatro menos que en toda la pasada

El Juventus, extremadamente irregular en los dos últimos meses, se jugaba el domingo, en Bolonia, sus posibilidades de seguir optando al scudetto. El Milan había ganado el sábado al Inter (3-2) y el Roma estaba aplastando al Siena (6-0). La victoria le era, pues, imprescindible al conjunto de Marcelo Lippi. Llegó, eso sí, del modo más inesperado. En un encuentro cerradísimo, Del Piero, a los 56 minutos, halló un hueco para disparar y, casi sobre la línea de gol, Iuliano empujó el balón. Tres puntos para la Juve, que sigue a uno del Roma y a seis del Milan. Al final, Iuliano, un c...

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El Juventus, extremadamente irregular en los dos últimos meses, se jugaba el domingo, en Bolonia, sus posibilidades de seguir optando al scudetto. El Milan había ganado el sábado al Inter (3-2) y el Roma estaba aplastando al Siena (6-0). La victoria le era, pues, imprescindible al conjunto de Marcelo Lippi. Llegó, eso sí, del modo más inesperado. En un encuentro cerradísimo, Del Piero, a los 56 minutos, halló un hueco para disparar y, casi sobre la línea de gol, Iuliano empujó el balón. Tres puntos para la Juve, que sigue a uno del Roma y a seis del Milan. Al final, Iuliano, un central que ha marcado siete tantos en sus ocho cursos en el equipo, lo celebraba exultante: "Se lo dedico a toda nuestra defensa. Ahora ya no dirán que el mal del Juventus somos los zagueros".

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Sucede que el tradicional buen funcionamiento defensivo del equipo de Lippi, su verdadera seña de identidad en los últimos tiempos, no está avalado ahora por las estadísticas. Lleva 25 goles recibidos en 22 jornadas. Demasiados para un cuadro que lleva la solidez por bandera y que en toda la Liga pasada sólo vio batida su meta 29 veces. De hecho, en las últimas cuatro nunca llegó a los 30 en contra. El triunfo boloñés dejaba también un dato para el análisis: por primera vez en el ejercicio, el reputadísimo portero Buffon se había quedado a cero en dos partidos consecutivos, ya que en el anterior se ganó también por 1-0) al Reggina. Toda una noticia constatar que lo que antes era un dato que encajaba en la normalidad ahora se antoja excepcional.

¿Ha pasado la defensa del Juventus del estado sólido al gaseoso? Nadie da respuestas en Turín. La política de rotaciones continuas en la equilibrada y competitiva plantilla de Lippi siempre ha sido alabada. Pero el tiempo no pasa en balde para algunos de los ilustres integrantes de la zaga: Thuram y Montero tienen 32 años; el volante defensivo Conte, 34, y Ferrara, el veterano capitán que jugó con Maradona en el Nápoles, nada menos que 37. A esas edades economizar los esfuerzos es una obligación. Tudor, un recambio de lujo, ha padecido un calvario de lesiones y Legrottaglie, que llegó del Chievo, ha sumado un puñado de errores decisivos que han puesto en entredicho su categoría. Ferrara, claro, defiende al sector más veterano del vestuario: "Es verdad que hay una inversión de la tendencia respecto a otros cursos, pero no es que estemos chocheando: recibimos más goles, pero marcamos más y estamos en la carrera por las tres competiciones".

Por su parte, Lippi expone que los altibajos son una cosa muy normal en cualquier equipo: "Estamos habituados a luchar desde hace años al máximo nivel y en diversos frentes. La opinión de que la Champions desgasta es respetable, pero yo he llegado tres veces a la final con este equipo y he ganado otras tantas el scudetto. El hecho de recibir demasiados goles tiene que ver con cuestiones colectivas, no de los zagueros".

La pregunta ahora es saber cómo afronta el Juventus la fase decisiva de la temporada, cuando se juega todos los títulos. Quizás la responsabilidad por el declive del antaño impecable funcionamiento defensivo no se pueda individualizar porque todo el bloque ha perdido intensidad en momentos puntuales. En una de las fases más delicadas, la Vecchia Signora cierra filas, se aferra con fuerza a su perfil competitivo de toda la vida y se encomienda tanto a su capacidad de pegada en el área rival como a la confianza en una defensa puesta en entredicho por los números.

Montero, central del Juventus, a la derecha, se abraza con Camoranesi.AP

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