Reportaje:

La frontera de Jerez

El deseo de independencia de la pedanía de La Barca desata una batalla política en la ciudad

La Barca de la Florida quiere la independencia. Este núcleo de población rural creado hace algo más de 50 años por el franquista Instituto Nacional de Colonizaciones, con casi 5.000 habitantes y situado a 20 kilómetros de Jerez, es, por ahora, una de las siete pedanías que forman parte del extenso término municipal jerezano. Su alcalde, el socialista Roque Valenzuela, y sus vecinos han decidido que ya es hora de caminar solos. Ya no se sienten identificados con el Ayuntamiento matriz ni, especialmente, con las políticas que éste lleva a cabo en la zona rural.

Esta difícil cruzada hacia ...

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La Barca de la Florida quiere la independencia. Este núcleo de población rural creado hace algo más de 50 años por el franquista Instituto Nacional de Colonizaciones, con casi 5.000 habitantes y situado a 20 kilómetros de Jerez, es, por ahora, una de las siete pedanías que forman parte del extenso término municipal jerezano. Su alcalde, el socialista Roque Valenzuela, y sus vecinos han decidido que ya es hora de caminar solos. Ya no se sienten identificados con el Ayuntamiento matriz ni, especialmente, con las políticas que éste lleva a cabo en la zona rural.

Esta difícil cruzada hacia la segregación fue propuesta por Valenzuela hace algo más de tres años, y recibió el impulso de los barqueños en el referéndum celebrado en la pedanía el 28 de febrero de 2002, una consulta con una alta participación en la que el 90% de los votantes se decantó a favor de la independencia. A partir de ahí, comenzó a elaborarse el llamado expediente de segregación, que en julio de 2002 fue remitido a la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía. El documento incluye un estudio de viabilidad económica, varios mapas con la delimitación de la extensión de territorio a la que aspira La Barca y el resultado del referéndum celebrado en la pedanía, entre otras cuestiones técnicas.

El alcalde barqueño y la Junta aseguran que el expediente ha sido enviado ya al Ayuntamiento de Jerez, que dispone ahora de un año de plazo para presentar las alegaciones correspondientes, pero desde el Consistorio jerezano se insiste en que el documento no ha llegado aún a manos del gobierno local. El delegado municipal de Participación Ciudadana, Antonio Sánchez -que fue como independiente en las listas del PSA- no duda en manifestar que este nuevo capítulo en el largo proceso que ha iniciado la pedanía no es más que "una filtración electoralista interesada y orquestada por el PSOE".

Este encontronazo, no obstante, ha destapado definitivamente la caja de los truenos en el patio político de la ciudad. Sánchez asegura que los socialistas pretenden "romper" el término municipal jerezano. No en vano, el Ayuntamiento de Jerez atravesó por una de sus peores crisis con la declaración de independencia a principios de los años noventa de San José del Valle, que restó 20.000 hectáreas de terreno a su término municipal, que alcanza en estos momentos las 70.000 hectáreas. Aunque en este caso la extensión de territorio que reclama La Barca no supera las 1.500 hectáreas -franja existente entre los límites de San José del Valle y la barriada rural de Cuartillos-, desde Jerez esas pretensiones son consideradas como "una auténtica barbaridad". Para Sánchez, no es de recibo que se incluya en el expediente de segregación a las barriadas rurales de El Chaparrito, Majarromaque, La Guareña y Magallanes, y tampoco es razonable que se dé luz verde al plan de Valenzuela cuando la pedanía "sólo tiene 50 años de historia".

El alcalde de La Barca sostiene, sin embargo, que ya había familias en esas tierras hace un siglo, y sustenta sus deseos de independencia en los 20 años de "marginación" que, asegura, lleva padeciendo la pedanía. Valenzuela recuerda que no ha sido recibido por los gobernantes jerezanos en los cuatro años que lleva llamando a sus puertas, y añade: "Desde nuestro Ayuntamiento siempre hemos intentado primero buscar soluciones a todos nuestros problemas competenciales y de transferencias, y la realidad es que ni siquiera se han dignado a recibirnos para escuchar lo que tenemos que decir". El regidor barqueño, que insiste en el maltrato que históricamente ha recibido el Jerez rural por parte del Ayuntamiento matriz, señala: "Quien rompe el municipio no somos nosotros, sino que son ellos, los mismos que han provocado el olvido de las barriadas rurales y las pedanías".

Aunque la pelota estará ahora unos meses en el tejado del Ayuntamiento de Jerez, que anuncia que presentará "todas las alegaciones habidas y por haber", será, finalmente, la Junta de Andalucía la que decida hasta dónde llega la frontera de Jerez.

Expediente complejo

Obtener la segregación de un municipio no es fácil en la comunidad autónoma. Lo primero es la elaboración de un complejo expediente donde deben recogerse los fundamentos que motivan tal deseo por parte de la población que aspira a la independencia. La Barca de la Florida remitió ese informe en julio de 2002 a la Dirección General de Administración Local de la Consejería de Gobernación. Ésta lo ha enviado al Ayuntamiento de Jerez para que presente sus alegaciones. Este paso puede prolongarse por espacio de entre cuatro meses y un año. Una vez recogidas las alegaciones del Ayuntamiento, el expediente regresa a Gobernación y pasa por los servicios jurídicos de la Junta. Después, debe ser remitido al llamado consejillo, formado por los viceconsejeros del Ejecutivo andaluz, y más tarde pasa a manos del Consejo Consultivo. Finalmente, es el Consejo de Gobierno andaluz el que debe aprobar la segregación.

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