Encarcelados 9 guardias civiles en Alicante y Málaga por narcotráfico

Avisaban de los tramos de costa no vigilados o controlados por ellos

Seis de los nueve guardias civiles, entre ellos el cabo, que integran la unidad antidroga de este cuerpo en Santa Pola (Alicante) fueron detenidos entre el martes y el miércoles por su presunta colaboración con una red de narcotráfico. El juez ordenó el ingreso en prisión de los seis y también de tres guardias arrestados en Málaga por hechos similares. Sólo dos de ellos han reconocido su participación en cinco desembarcos de hachís en Alicante.

La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía han desmantelado una de las redes internacionales "más importantes" en la introducción de hachí...

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Seis de los nueve guardias civiles, entre ellos el cabo, que integran la unidad antidroga de este cuerpo en Santa Pola (Alicante) fueron detenidos entre el martes y el miércoles por su presunta colaboración con una red de narcotráfico. El juez ordenó el ingreso en prisión de los seis y también de tres guardias arrestados en Málaga por hechos similares. Sólo dos de ellos han reconocido su participación en cinco desembarcos de hachís en Alicante.

La organización llegó a desembarcar alijos de hachís en varios puertos y a plena luz del día

La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía han desmantelado una de las redes internacionales "más importantes" en la introducción de hachís en Europa por vía marítima. Las intervenciones telefónicas de los narcos destaparon que miembros de la Patrulla Fiscal Territorial de la Guardia Civil (Pafite), con base en Santa Pola y especializada en la lucha contra el narcotráfico, colaboraban en el desembarco de los alijos. Seis de los nueve agentes, entre ellos el jefe de la unidad, que integran este destacamento con base en la localidad alicantina fueron arrestados en 78 horas por su presunta pertenencia a la red de narcos.

Dos de los guardias, en prisión desde el miércoles, admitieron ante el juez que participaron en cinco desembarcos de hachís en la costa alicantina. Un tercero rechazó, por su parte, su pertenencia a la red, aunque sí admitió que el cabo, otros dos compañeros y él mismo se apropiaron en 2001 de dos fardos de 50 kilogramos que formaban parte de un alijo que la unidad habían decomisado en una cala de Guardamar del Segura, al sur de Alicante. El juez encargado del caso en Alicante ha decretado el secreto de las diligencias, que continúan abiertas.

En los últimos años, el refuerzo policial en el estrecho de Gibraltar, Cádiz y Málaga ha convertido Santa Pola -municipio costero al sur de Alicante- en una de las principales puertas de entrada de hachís del litoral mediterráneo y, singularmente, de la provincia de Alicante. Su situación estratégica para los correos de droga obligó a crear una unidad específica encargada de la vigilancia de, aproximadamente, 50 kilómetros de costa en el tramo del litoral menos poblado. Pero la operación policial, iniciada en septiembre con el objetivo de detectar las rutas empleadas por los correos, reveló que la unidad de la Guardia Civil de Santa Pola, lejos de impedir, facilitaba la introducción del material estupefaciente por aguas alicantinas.

El lunes, tres agentes del citado destacamento fueron arrestados mientras, simultáneamente, otras nueve personas, tres austríacos y seis españoles, fueron sorprendidas en el puerto de San Pedro del Pinatar, en Murcia, cuando desembarcaban un alijo de 2.500 kilogramos.

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Dos de los funcionarios, cuñados y naturales de Elche, fueron acusados de los delitos de cohecho y de narcotráfico. En su comparecencia ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Elche, los guardias admitieron que colaboraron en cinco desembarcos de hachís en la costa [los últimos alijos interceptados por las fuerzas de seguridad fueron en La Vila Joiosa, El Campello y Santa Pola y eran de aproximadamente 2.500 kilogramos de hachís].

Los agentes, a cambio de importantes sumas de dinero, informaban a los encargados de introducir la droga de los puntos en los que la Guardia Civil no iba a efectuar vigilancia o donde vigilaban ellos, de modo que los desembarcos se hacían sin problemas. La red aprovechaba los momentos de menor actividad portuaria y empleaba camiones-grúa para extraer de las embarcaciones los fardos, que ocultaban en sacos industriales. Algunas descargas se hicieron a plena luz del día.

El tercer guardia supuesto miembro de la red ni admitió ni rechazó la imputación, debido a que su arresto obedeció a un supuesto delito de falsedad documental y de denegación de perseguir el delito. El agente se dedicaba a la compra-venta de vehículos de alta gama en Alemania. Inicialmente, la investigación le acusó de falsificar matrículas y de estar al corriente de la participación en la red de contrabando de sus compañeros. Nada más quedar en libertad con cargos, el agente fue de nuevo detenido, al apreciar la investigación indicios de su posible implicación. En su declaración involucró a otros tres compañeros del Pafite. Según informaron fuentes de la investigación, el agente reveló que el cabo de la unidad, otros dos compañeros y él mismo se apropiaron de dos fardos de hachís de 50 kilogramos de un alijo decomisado.

La operación, denominada Gálibo y que ha permitido la detención de seis agentes en Alicante y otro tres en Málaga, se ha saldado con el decomiso de 3.800 kilos de hachís, tres embarcaciones de recreo, dos camiones grúa, 18 vehículos de gran cilindrada, un arma de fuego, un inmovilizador eléctrico y 33.000 euros en metálico.

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