Una menor muere al arrojarse al metro tras mantener una discusión con su novio

Un viajero alertó al jefe de la estación de Tribunal para tratar de detener el convoy

Una historia de desamor acabó en la madrugada de ayer con la vida de una joven de 17 años, P. I. N., en la estación de metro de Tribunal. La muchacha murió arrollada por el último tren que circulaba esa noche. Bajó a las vías y se arrojó contra el convoy después de mantener una fuerte discusión con su novio. Los dos habían entrado en el andén acompañados por otro amigo y cruzándose duras palabras. Cuando, minutos más tarde, llegaron los facultativos del Samur, la muchacha había fallecido decapitada por el tren. Sus amigos sufrían un fuerte shock.

El reloj marcaba la una y media d...

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Una historia de desamor acabó en la madrugada de ayer con la vida de una joven de 17 años, P. I. N., en la estación de metro de Tribunal. La muchacha murió arrollada por el último tren que circulaba esa noche. Bajó a las vías y se arrojó contra el convoy después de mantener una fuerte discusión con su novio. Los dos habían entrado en el andén acompañados por otro amigo y cruzándose duras palabras. Cuando, minutos más tarde, llegaron los facultativos del Samur, la muchacha había fallecido decapitada por el tren. Sus amigos sufrían un fuerte shock.

El reloj marcaba la una y media de la madrugada cuando tres jóvenes irrumpieron entre chillidos y carreras en la estación de Tribunal. Tras pasar los tornos de acceso del metro, bajaron hasta los ándenes de la línea 10 (Fuencarral-Puerta del Sur). Allí permanecieron unos instantes, según los testigos, hasta que decidieron bajarse al andén y comenzar a andar. Sabían que en breve iba a pasar el último convoy, después de lo cual se cerraría la estación y terminaría el servicio por ese día.

Uno de los viajeros que estaba esperando se percató de la acción de los tres jóvenes y, según fuentes de Metro, avisó por el interfono al responsable de la estación. Quedaban unos dos minutos para que llegara el último metro, por lo que había que actuar con mucha rapidez. El jefe de estación alertó inmediatamente a los servicios de emergencias. Este procedimiento consiste en avisar a la sala de control para intentar detener el convoy, dar las luces del túnel y movilizar a la seguridad interna de la compañía para detener a las personas implicadas.

Intentos fallidos

De poco sirvió todo el procedimiento de emergencia. Los vigilantes de seguridad no pudieron localizar a los chavales y el tren continuó su recorrido. Hasta que se topó con el cuerpo de la joven, que acababa de tirarse a la vía nada más oír la llegada del metro. Uno de sus acompañantes intentó retenerla. Quiso cogerle de la ropa y empujarla fuera de la zona por donde venía el convoy, según fuentes policiales. Pero todos sus intentos resultaron vanos.

El tren siguió su camino, sin que a su conductor le diera tiempo de detenerlo. La menor recibió un brutal impacto que la decapitó. Murió en el acto. A los pocos minutos llegaron los facultativos de una UVI del Samur-Protección Civil, quienes, al ver la dramática escena sobre las vías del tren, sólo pudieron certificar la muerte de la muchacha. Los dos chavales que acompañaban a la víctima se habían quedado estupefactos, en estado de shock y sin capacidad para reaccionar. Al lugar también acudieron agentes de noche de la comisaría de Centro. Era la 1.40 de la madrugada de una fría noche de invierno madrileño.

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Según contaron los chicos a la policía, minutos antes del trágico accidente P. I. N. había mantenido una fuerte discusión con su novio, con el que rompió su relación. Ambos acordaron tomar una drástica decisión para acabar con tanto sufrimiento, pero él, en el último momento, se arrepintió e intentó convencer también a su ex compañera para que no hiciera ninguna locura. No fue posible. Al final tuvo que asistir a una muerte en directo.

Vecina de Boadilla

El juez de guardia ordenó el traslado del cuerpo de la joven al Instituto Anatómico Forense, donde ayer por la mañana se le practicó la autopsia. Los dos jóvenes que presenciaron los sucedido, tras ser atendidos por el Samur, fueron conducidos al Grupo de Menores (Grume) de la Jefatura Superior de Policía, donde se les tomó declaración sobre todo lo ocurrido. Después fueron recogidos por sus familiares. Los agentes de la comisaría de Centro se encargaron de tramitar el caso.

Los padres de la joven acudieron ayer por la mañana al Instituto Anatómico Forense para hacerse cargo del cadáver de P. I. N. Anoche no habían decidido dónde iba a ser inhumada. Fuentes del caso señalaron que la joven era vecina de Boadilla del Monte.

El servicio de Metro no se vio afectado, ya que el convoy continuó su trayecto y era el último que circulaba por ese recorrido esa noche. La estación no fue reabierta hasta las seis de la mañana.

Un comienzo de año trágico en el transporte subterráneo

El comienzo del año 2004 en el metro de Madrid ha estado repleto de sucesos que han conmocionado a la opinión pública, ya que, si algo les caracteriza, es su singularidad y la tragedia que los acompañó.

El primero ocurrió el pasado 21 de enero en la estación de Empalme (línea 5), cuando una bebé de cuatro meses murió al caer a la vía tras ser arrastrado el cochecito en el que viajaba. La madre de la pequeña había colocado una chaqueta en el carrito, que quedó enganchada entre las puertas del convoy. La progenitora se disponía a salir del metro, pero, al cerrarse las puertas, ella se quedó dentro del vagón y su hija fuera.

Después, el tren inició la marcha y arrastró consigo la sillita, con la niña dentro. Cuando el andén terminó, el carrito se precipitó hacia las vías y la niña cayó al suelo golpeándose en la cabeza.

El bebé murió en el acto, ya que recibió un fuerte impacto en la región occipital, lo que le produjo un traumatismo craneoencefálico muy grave. Los facultativos del Samur-Protección Civil intentaron reanimarla durante 30 minutos, pero al final sólo pudieron certificar su muerte.

El día de la tragedia, la madre, Norma Susana, ecuatoriana de 33 años, regresaba a su domicilio, en Aluche, después de tramitar los papeles para pedir el documento nacional de identidad de la pequeña. "Venía de pedir la partida de nacimiento y otros papeles", recordaría más tarde la tía de la niña fallecida, María José.

El segundo accidente trágico en el metro se produjo la semana pasada, el día 3, cuando un joven invidente de 25 años sufrió la amputación de la pierna derecha, por debajo de la rodilla, tras caer desde el andén a las vías del metro y ser arrollado por el tren que entraba en la estación. Los sanitarios del Samur-Protección Civil tuvieron que trabajar en una difícil situación, atendiendo al herido entre el hueco que queda entre las vías, el convoy y el muro del andén.

Los hechos ocurrieron sobre las 15.20 en los andenes de la línea 1 (Plaza de Castilla-Congosto) en la estación de Bilbao, cuando el joven, que se ayudaba de un bastón para caminar, al oír que llegaba el tren se aproximó al borde del andén y cayó a la vía.

Los facultativos de una UVI móvil del Samur atendieron a la víctima, que se encontraba entre las ruedas del tren y tenía la pierna derecha amputada por debajo de la rodilla, con una fuerte hemorragia.

Debido a estas heridas, los sanitarios se vieron obligados a acceder hasta el chico por el espacio que quedaba entre dos vagones y a actuar en el lugar que había libre entre las ruedas del convoy y la pared del andén. Tras ser estabilizado hemodinámicamente, el herido fue trasladado al hospital Clínico.

La trágica lista se cerró de momento ayer con la muerte de P. I. N., de 17 años, tras ser arrollada en la estación de Tribunal por un metro que circulaba por la línea 10. Justo antes había mantenido una fuerte discusión con su novio.

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