Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL

Un enredo vivo y abierto

Lo peor de la crisis provocada por Josep Lluís Carod Rovira en el Gobierno tripartito catalán es, desde el punto de vista del PSOE, que permanecerá abierta durante algún tiempo, y, desde luego, hasta después de las elecciones generales del 14 de marzo.

El tripartito tiene un boquete y por él empujan no sólo los miembros de la oposición, sino también los militantes del PSOE y del PSC que siempre creyeron que era posible, y conveniente, un Gobierno PSC-CiU y que ahora intentan arrastrar a Pasqual Maragall a esas posiciones.

Por su parte, los mayores defensores del Gobierno a tres b...

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Lo peor de la crisis provocada por Josep Lluís Carod Rovira en el Gobierno tripartito catalán es, desde el punto de vista del PSOE, que permanecerá abierta durante algún tiempo, y, desde luego, hasta después de las elecciones generales del 14 de marzo.

El tripartito tiene un boquete y por él empujan no sólo los miembros de la oposición, sino también los militantes del PSOE y del PSC que siempre creyeron que era posible, y conveniente, un Gobierno PSC-CiU y que ahora intentan arrastrar a Pasqual Maragall a esas posiciones.

Por su parte, los mayores defensores del Gobierno a tres bandas, como el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y el propio secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, tienen muchos argumentos para sentirse enfadados. Chaves, que es además presidente del PSOE, se implicó con energía en la defensa de Maragall y del tripartito, y aunque durante mucho tiempo había evitado participar en la batalla política general, en este caso aceptó poner en juego todo su peso político y su credibilidad "nacional" a favor del Gobierno de izquierdas en Cataluña.

Los técnicos del PP aconsejan que Rajoy no aparezca vinculado a polémicas y que sea Aznar el centro de las críticas por la utilización electoral de la lucha antiterrorista

A nadie le sorprendió su dura reacción ante la entrevista de Carod con dirigentes de ETA y su exigencia de que dimitiera inmediatamente. Rodríguez Zapatero tampoco quiso estudiar ninguna posibilidad que no supusiera la salida de Carod y sólo aceptó que se realizara en dos movimientos, para dar tiempo a quienes dentro de ERC luchaban para evitar que la salida del conseller en cap supusiera también la ruptura del Gobierno de coalición.

La salida pactada de Carod ha tranquilizado algo los ánimos en el Partido Socialista, pero, según muchos cargos del partido, no ha resuelto el problema definitivamente.

Josep Lluís Carod ha anunciado que participará en la campaña electoral del 14 de marzo y que interpretará sus votos como la medida del refrendo o rechazo a su actuación. Quiere decirse que Carod Rovira pretende mantener vivo el tema de su entrevista con dirigentes de ETA durante toda la campaña, pese a que aliente las críticas del PP y la incomodidad de los socialistas.

"El panorama es francamente absurdo", reconoce un dirigente del PSOE. "Ahora vamos a hacer frente en Cataluña a una campaña ultranacionalista de Carod, que, lógicamente, implicará críticas contra el PSC. Y en el resto de España, los populares no dejarán de atacarnos ni un día por nuestra coalición con Esquerra Republicana. Adiós a nuestras esperanzas de que ERC realizara una campaña moderada y cómoda para el PSOE en toda España", se lamenta.

Enredarse en polémicas

Si se mantienen los planes de Carod Rovira y los miembros con más experiencia política de su partido -por ejemplo, Pere Esteve, que tuvo una dilatada carrera profesional en CiU antes de pasar a ERC- no consiguen disuadirle de esta estrategia, el tripartito quedaría tocado y en una posición muy difícil para negociar más adelante una modificación del Estatuto de autonomía. La renovada presencia de Carod Rovira como conseller en cap de la Generalitat dificultaría, sin duda, aún más ese trabajo.

Los socialistas temen también que el PP se las arregle para mantenerles siempre enredados en temas polémicos, mientras que el candidato popular se dedica a explicar tranquilamente su programa por el resto de España. "El reparto de papeles en el PP es evidente: Aznar nos ataca de una manera violenta en los medios públicos de comunicación mientras que Mariano Rajoy mantiene un tono más despegado", asegura un especialista del PSOE.

En el PP reconocen que sus propios expertos recomiendan una campaña en la que Rajoy no aparezca vinculado a enfrentamientos ni polémicas. Siempre que se acuse al Gobierno de haber sometido a los informadores del CNI a un riesgo innecesario o de la descarada utilización de la lucha antiterrorista para obtener beneficios electorales, será principalmente Aznar quien dé la réplica, y no el candidato popular a presidente del Gobierno.

"El PP hará cualquier cosa para impedir que cale en la opinión pública que el proyecto de convivencia nacional de Rodríguez Zapatero es mucho más sereno y factible que el proyecto de Aznar", asegura un dirigente socialista. "Pero lo que no podemos es darles continuamente madera para cebar su horno. Tenemos que dejar de lado a Carod lo antes que podamos y conseguir que nuestro proyecto y nuestras propuestas lleguen a los ciudadanos. Lo peor en este momento sería dejarse enredar", mantiene.

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