La ciencia, la cultura y el deporte, unidos contra el terror

La foto de ayer tiene un carácter único. Lo es porque artistas, intelectuales, deportistas y hombres de ciencia se unieron con las víctimas del terrorismo llegadas de todo el mundo. Pero también porque subieron al estrado muchas víctimas -algunas bastante mayores, que iban del brazo convencidas por algún familiar- que han vivido un duro exilio interior del que hasta ayer no habían salido. Llegaron animados por la fuerza de hombres como Pedro Duque, uno de los primeros en subir: "Trabajo para la AES [Agencia Espacial Europea] y nos dedicamos a conquistar el espacio por medios exclusivamente pac...

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La foto de ayer tiene un carácter único. Lo es porque artistas, intelectuales, deportistas y hombres de ciencia se unieron con las víctimas del terrorismo llegadas de todo el mundo. Pero también porque subieron al estrado muchas víctimas -algunas bastante mayores, que iban del brazo convencidas por algún familiar- que han vivido un duro exilio interior del que hasta ayer no habían salido. Llegaron animados por la fuerza de hombres como Pedro Duque, uno de los primeros en subir: "Trabajo para la AES [Agencia Espacial Europea] y nos dedicamos a conquistar el espacio por medios exclusivamente pacíficos", dijo este científico curtido en las duras batallas para conquistar el espacio. Otro, que viene del deporte, Pedro Delgado, donde también se libran grandes batallas: "Yo las recuerdo con Fignon y Roche, pero seguimos siendo grandes amigos y eso es lo bonito. Hay que discutir de palabra y no de otra forma".

Los periodistas José María Calleja y Carlos Herrera iban presentando a los participantes. Le tocó el turno a otro periodista víctima de la sinrazón, Luis del Olmo. Se disculpó diciendo que no tenía derecho a ocupar ese sitio cuando tenía tantas familias rotas enfrente. A él afortunadamente, dijo, no le han quitado la vida, "sólo la libertad". Su condición de periodista le animó a pedir a los medios de comunicación varias cosas: "que llamemos a las cosas por su nombre; que no se les encoja el alma al hacer una crítica; que griten más alto cuando se trata de luchar contra el terror".

El artista Ibarrola llegó con la txapela (boina) en la mano, algo que siempre le acompaña. Según él, si no la llevara no le reconocerían. Luego se puso las gafas. Estaba conmovido y leyó un texto porque temió no poder controlar sus emociones: "El nacionalismo viene apoyando a ETA de mil maneras, como cuando oigo 'Ibarrola español, ETA mátalo'. Ahora ante unas elecciones siento una profunda vergüenza de ir protegido por escoltas después de una vida luchando para poder votar libremente. Con vosotros, un amigo". Entonces la sala estalló en uno de los más prolongados aplausos.

También participó una actriz, María Jesús Valdés, quién mostró su absoluta repulsa hacia el terrorismo, pero también dijo sentir emoción al estar todos juntos, unidos. Fernando García de Cortázar, un superventas en libros que tratan de Historia - "lo único que la Historia no ha deteriorado es el de mirar a las víctimas para no perderlas"- pidió el compromiso de los intelectuales para que vuelvan su mirada hacia la política. "El intelectual puede dejar de ser militante político, pero de lo que no puede dejar de militar es en su lucha por la libertad". Parafraseando a Albert Camus dijo que de los resistentes es la última palabra.

El final no estaba previsto en el guión. Tras intervenir Nicolás Redondo Urbieta, Mari Mar Blanco, Edurne Uriarte y Maite Pagazaurtundua, Calleja invitó a todas las víctimas que quisieran a subir al estrado. Ésa es la foto.

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