Téllez repasa el vídeo del 'pink team'

"No me hablen de la final de Dortmund porque eso es el Neandertal. Ahora estamos en Segunda y nuestro objetivo es ascender". La frase de Pepe Mel, entrenador del Alavés, es inmediatamente anterior al partido de vuelta contra el Valladolid, a quien el conjunto vitoriano eliminó de la Copa alcanzando los cuartos de final que hoy (20.00, PPV) le enfrentan al Celta. El Neandertal, sin embargo, por cercano, permanece en la memoria, como la Copa de 1998 cundo el Alavés cayó en semifinales ante el Mallorca tras haber apeado al Aurrera de Vitoria (derbi auténtico) y a cuatro primeras: Oviedo, Composte...

"No me hablen de la final de Dortmund porque eso es el Neandertal. Ahora estamos en Segunda y nuestro objetivo es ascender". La frase de Pepe Mel, entrenador del Alavés, es inmediatamente anterior al partido de vuelta contra el Valladolid, a quien el conjunto vitoriano eliminó de la Copa alcanzando los cuartos de final que hoy (20.00, PPV) le enfrentan al Celta. El Neandertal, sin embargo, por cercano, permanece en la memoria, como la Copa de 1998 cundo el Alavés cayó en semifinales ante el Mallorca tras haber apeado al Aurrera de Vitoria (derbi auténtico) y a cuatro primeras: Oviedo, Compostela, Madrid y Depor, por ese orden, con pocos goles y sin asomo de dudas. Era el principio del pink team, el equipo rosa que modificó las estructuras cromáticas del fútbol y asombró tres temporadas después al fútbol mundial en la final de la UEFA contra el Liverpool en Dortmund. Algo difícil de olvidar.

Tanto que Óscar Téllez, un central volcánico, lleno de condiciones técnicas y físicas pero imprevisible en sus reacciones, reconocía que el martes había estado viendo el vídeo de la final europea. "Cada vez que lo veo recuerdo lo que significó aquel momento. Tanto que muy pocos clubes han conseguido llegar a donde nosotros llegamos. Muchos equipos grandes no lo han conseguido y nosotros, el Alavés, alcanzamos esa cima". Un duelo que el Alavés perdió lleno de gloria.

La Copa fue el anticipo de aquel éxtasis. En la temporada 1997/1998 el Alavés, entonces dirigido por Mané, adquirió esa condición de matagigantes que se le reserva a algún equipo inesperado. Ahora la historia se repite. Como entonces, el Alavés salva las eliminatorias con poquitos goles y manejando tanto las victorias mínimas como lo empates ventajosos por el factor campo. "Eso ha sido una característica del Alavés", recuerda Téllez. "Siempre hemos sabido leer este tipo de eliminatorias por una razón fundamental: es tan difícil que nosotros metamos cinco como que el rival nos los meta". Así que hay que jugar con todas las posibilidades". Le asiste la razón. Ante el Ferrol se clasificaron por penaltis, contra la Real, por un gol tardío y frente al Valladolid, por el valor doble de los goles. Como en 1998, cuando sólo eliminaron al Depor por más de un gol (3-1).

Lo que más le duele a Téllez es que al Alavés le consideren la perita en dulce de los cuartos de final. "Me parece mal que digan que el Alavés es fácil, porque desde luego no somos el rival más sencillo de los ocho clasificados". Por ejemplo le dolió que el Zaragoza eligiese al Alaves como rival deseado porque "hay que ver donde están ellos en Primera, con el técnico destituido, y donde estamos nosotros en Segunda (cuarto a un punto del ascenso)".

El pink team asoma de nuevo. Tan original como siempre. Por ejemplo, fue el primero en poner publicidad en los pantalones, y quizás el primero en sacar su póster de presentación con la segunda indumentaria, amarilla (¿el yellov team? Pero algo se mantiene incólume: los pinchos de tortilla, por ejemplo, tras los entrenamientos. Entre tanta tradición, Téllez quiere mantener una: "Que se arrepientan los que deseaban como rival al Alavés". Y quien sabe si por la Copa se llega a la UEFA y a Dortmund. Es decir al Neandertal.