Entrevista:DANIEL GRINBANK | Ex propietario del Leganés

"El Leganés no sería rentable ni en Primera"

Daniel Grinbank, efímero candidato a dueño del Leganés, calcula que su aventura de cinco meses al frente del club le va a costar cerca de 2,5 millones de euros. Pero para el empresario argentino, de 50 años, lo peor es la imagen que se está dando de él, más aún para un hombre que dice "detestar" la fama. Desde Buenos Aires, a punto de emprender unas largas vacaciones en Brasil, Grinbank asegura en una entrevista telefónica con EL PAÍS que dejó la entidad "sin deber un peso a nadie" y arremete contra los medios de comunicación: "Nunca he visto un descuartizamiento tan grande como el que se ha h...

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Daniel Grinbank, efímero candidato a dueño del Leganés, calcula que su aventura de cinco meses al frente del club le va a costar cerca de 2,5 millones de euros. Pero para el empresario argentino, de 50 años, lo peor es la imagen que se está dando de él, más aún para un hombre que dice "detestar" la fama. Desde Buenos Aires, a punto de emprender unas largas vacaciones en Brasil, Grinbank asegura en una entrevista telefónica con EL PAÍS que dejó la entidad "sin deber un peso a nadie" y arremete contra los medios de comunicación: "Nunca he visto un descuartizamiento tan grande como el que se ha hecho conmigo, parece que soy el peor delincuente de España junto a Tamayo".

Pregunta. ¿Por qué quiso comprar el Leganés?

"El precio de las acciones del club era de cuatro y ya había pagado 1,3 millones "
"No he podido superar la percepción de que mi proyecto discriminaba a los jugadores españoles"
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Respuesta. Quería comprar un club y a través de él obtener beneficios con el traspaso de jugadores. El Leganés me pareció la mejor opción porque estaba muy saneado y nos resultaba seductor tener un club en Madrid con lo que significa el Real Madrid.

P. ¿Pretendía convertirlo en una sucursal de esta entidad?

R. Todo lo contrario. Nuestra pretensión era hacer un equipo competitivo que ascendiese a Primera y desarrollar una cantera propia que nos permitiese vender jugadores. Además pensaba que el club se podía convertir en un emblema del sur de Madrid y de la comunidad argentina.

P. ¿Llegó a comprar las acciones a Jesús Polo?

R. Sí, firmamos el contrato de compra del 86% de las acciones el 4 de agosto, sujeto a dos condiciones suspensivas. La primera era que yo fuese capaz de aportar el aval bancario, y la segunda que el Ayuntamiento cumpliese el compromiso de duplicar la subvención al club, que era de 600.000 euros.

P. ¿Cuánto tenía que pagar por las acciones?

R. Contemplando lo que hubo que pagar por ocupar la plaza del Compostela

[descendido a Segunda B por deudas y cuyo puesto fue para el Leganés] el precio era de unos 4 millones.

P. ¿Cuánto había pagado hasta este momento?

R. Yo llevaba pagados 1,3 millones de euros al señor Polo.

P. ¿Qué pasa con este dinero?

R. Va a fondo perdido. La cláusula suspensiva fijaba que si yo la ejercía el dinero serviría para pagar el incremento del déficit. También está la plata que puse para cubrir el déficit generado en el primer semestre, y la que tendré que poner ahora para financiar las bajas que dé el club, porque yo me he ido sin deber un peso a nadie. Calculo que el error me va a costar 2,5 millones.

P. ¿Que el Ayuntamiento no haya duplicado la subvención al club es la razón de su salida?

R. Es una de ellas, pero sería hipócrita por mi parte decir que éste fue el factor determinante.

P. ¿Y cuál fue?

R. El primero y fundamental es que no hemos podido superar la percepción creada de que mi proyecto discriminaba a los españoles. Desde el principio la prensa más que crónicas de los partidos hacía informes del departamento de migraciones. Esto, y mi error al pensar que la comunidad argentina se iba a involucrar en el proyecto, ha causado que de los 1.500 abonos de la temporada pasada sólo se renovasen 980 y también un promedio de asistencia de 450 personas de pago, muy por debajo de cualquier expectativa de ingresos. Incluso alguien me llegó a decir que quien nos tenía que subvencionar era el consulado argentino.

P. Pero usted fichó a 15 jugadores argentinos.

R. Nosotros sólo queríamos hacer un equipo, no era un problema de nacionalidades. Me hubiera gustado poder acceder a más jugadores españoles, o egipcios, pero la presencia de Pekerman [secretario técnico del Leganés] hizo que tuviésemos más facilidad para acceder al mercado argentino.

P. ¿Cómo pensaba lograr que el club fuese rentable tras duplicar su presupuesto hasta los 6 millones?

R. Sabía que hasta lograr el ascenso iba a haber un déficit de entre 3 y 4 cuatro millones por temporada, pero pensaba que a largo plazo lo recuperaríamos. Sin embargo, el partido de Copa contra el Madrid me acercó como una máquina del túnel del tiempo a lo que iba a pasar: nunca íbamos a poder ser rentables, ni en Primera.

P. ¿Por qué salió de una forma tan precipitada?

R. Lo venía hablando desde hace tiempo con Pekerman y después de comunicar mi salida a Polo y acordamos que él debía ser el primero en dar explicaciones. Pero durante estos días he dialogado con los jugadores argentinos o con sus representantes, por eso ninguno ha dicho que le he dejado varado.

P. ¿Cuál es su relación con estos futbolistas?

R. Los quince jugadores están cedidos hasta el 30 de junio al Leganés, y yo poseo los derechos de tres de ellos: Domínguez, Leyenda y Kuhl. La mayoría de los jugadores pertenecen a diversos grupos de empresarios, aunque hay algunos, como Turdó o Medina, que pertenecen a otros equipos. En todos los casos yo tengo una opción de compra por un precio que pensaba que iba a ser muy inferior a la cantidad por la que yo los podría vender luego en el mercado.

P. ¿Pagaba a estos futbolistas al margen de su ficha federativa?

R. No, sería una aberración y estaría evadiendo a Hacienda. Yo firmo con una sociedad que es dueña de los derechos de un jugador, pero no puedo saber si éste participa a su vez en la sociedad.

P. ¿Y Pekerman?

R. Tenía un acuerdo conmigo, no con el Leganés. Primero tuve a José y luego al club.

Daniel Grinbank, en Madrid el pasado mes de agosto.EFE

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