SALUD

El Ejército español es pionero en el uso de la telemedicina

La necesidad de ahorro ha incentivado su aplicación frente a otros ejércitos más ricos

El Ejército español está en la vanguardia de la telemedicina. Por delante incluso del norteamericano. La razón es sencilla. El Ejército estadounidense, sin tantos apuros presupuestarios, desplaza a la zona de conflicto todo el equipo humano y técnico para hacer casi cualquier tipo de intervención. El español, sin tanto dinero, instala quirófanos de campaña y equipo humano preparado para las emergencias más previsibles de la situación (traumatología, por ejemplo) pero no puede desplegar un equipo para todas las supuestas contingencias.

La solución, conectar a los médicos en el frente con...

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El Ejército español está en la vanguardia de la telemedicina. Por delante incluso del norteamericano. La razón es sencilla. El Ejército estadounidense, sin tantos apuros presupuestarios, desplaza a la zona de conflicto todo el equipo humano y técnico para hacer casi cualquier tipo de intervención. El español, sin tanto dinero, instala quirófanos de campaña y equipo humano preparado para las emergencias más previsibles de la situación (traumatología, por ejemplo) pero no puede desplegar un equipo para todas las supuestas contingencias.

La solución, conectar a los médicos en el frente con la sanidad militar en España para poder recibir ayuda telemática.

Comitas es la empresa encargada de la red de telemedicina militar española. Al margen de conectar todos los centros médicos militares españoles se encarga del enlace con los destacamentos médicos destinados al extranjero. Pedro de las Heras, su consejero delegado, explica que en España y, en la medida de la posible en el extranjero, trabajan con protocolo IP (el mismo de Internet) pero no se conectan a través de Internet sino de una red propia, simétrica, con redundancias para garantizar el enlace y con un ancho de banda garantizado de hasta los 2 MB ps. "Tener enlaces dedicados permite no compartir el canal. En Internet tienen la misma prioridad los paquetes de un chat anodino que de un mensaje crucial. En medicina no podemos permitirnos un enlace inseguro".

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La experiencia afgana

La compañía ha desarrollado sus propios programas y máquinas o adapta a sus necesidades material sanitario ya existente. "Se trata de equipos lo más sencillos posible, pero efectivos. Toda la información va cifrada, para preservar la intimidad, pero el cifrado se hace en el hardware para no mermar la capacidad de conexión".

Muchas veces, los médicos militares no se encuentran tanto con un escenario estrictamente bélico como con una necesidad asistencial. "En Afganistán, por ejemplo, una médica española prácticamente se convirtió en médica de cabecera y ginecóloga de las mujeres afganas porque sus maridos no admitían que las tratara un médico masculino". El sistema básico consiste en transmitir en tiempo real la monitorización del paciente (electrocardiogramas, medida de la tensión) y compartir análisis hematológicos, radiografías... con conexión de audio entre el médico desplazado y el equipo de especialistas residente en España. Cuando las conexiones lo permiten se puede llegar a una conexión por videoconferencia con la que, por ejemplo, se puede visualizar con total nitidez una exploración endoscópica del oído. "El verdadero salto en la telemedicina militar lo dimos en Afganistán. Por ejemplo, la decisión de llevar a España a aquel niño enfermo de cáncer implicó un diagnóstico oncológico telemático. Había que analizar que realmente pudiera ser curado en España para evitar levantar falsas esperanzas en él y su familia".

En Comitas también tienen experiencias en la telemedicina civil, un campo donde creen que no existe conciencia política de su potencial.

"Por ejemplo, es clave en un medio rural. Este ciudadano que paga los mismos impuestos que el de una gran ciudad debería tener la garantía de un diagnóstico con la misma celeridad. Cuando el médico de cabecera se encuentra con un paciente cuyos síntomas pueden indicar que está iniciando un infarto, es básica su estabilización. El tiempo que se pierde enviándolo al centro asistencial más cercano es muy valioso. Por telemedicina podría tener un diagnóstico de un especialista para actuar en consecuencia".

Pedro de las Heras insiste en que la tecnología para la telemedicina está madura; las resistencias a ella son de tipo cultural. "La telemedicina reduce tiempos de diagnóstico y mejora la asistencia, pero no basta con la tecnología, también se ha de adecuar a ella la organización médica". El médico que está cerca del paciente es quien tiene la autoridad de la decisión, pero la telemedicina le auxilia en su tarea porque es transversal y puede servir para cualquier tipo de consulta sobre cualquier especialidad.

Entre las experiencias civiles figuran el equipamiento en telemedicina de los barcos de Transmediterránea o de la Mutua Universal, cuyo centro en Cataluña puede precisar el diagnóstico de sus afiliados en Canarias antes de decidir un traslado del enfermo con el subsiguiente ahorro de costes para la mutua y mayor comodidad del enfermo.

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