Cartas al director

Un, dos, tres... ¡lo que nos quedaba por ver!

Soy una ciudadana que ha ido adquiriendo la sana costumbre de defenderse del insulto televisivo optando por ver diariamente lo mínimo o nada la televisión. Aun así (lo hago muy de vez en cuando para no convertirme del todo en marciana), el viernes pasado me propuse una purga: ver íntegramente el refrito añejo con el que el don Chicho pretende (o eso es lo que dice) fomentar la lectura. Lo cierto es que este dato me hacía abrigar una mínima esperanza.

Conclusión: permítame, señor Ibáñez Serrador, que dude muy mucho de sus intenciones, porque con este programa se erige usted en el más alt...

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Soy una ciudadana que ha ido adquiriendo la sana costumbre de defenderse del insulto televisivo optando por ver diariamente lo mínimo o nada la televisión. Aun así (lo hago muy de vez en cuando para no convertirme del todo en marciana), el viernes pasado me propuse una purga: ver íntegramente el refrito añejo con el que el don Chicho pretende (o eso es lo que dice) fomentar la lectura. Lo cierto es que este dato me hacía abrigar una mínima esperanza.

Conclusión: permítame, señor Ibáñez Serrador, que dude muy mucho de sus intenciones, porque con este programa se erige usted en el más alto mando y mejor representante de las brigadas Farenheit 451. En mi biblioteca, la obra Las mil y una noches ocupa tres gruesos tomos de papel biblia. ¿Pretende usted hacer creer a los telespectadores que alguien se puede llamar "lector" por estudiarse (que no leer) como un loro un librucho castrado adquirido en el quiosco de la esquina?

No contento con ello, dedica además todo su programa a utilizar el nombre de la literatura de la manera más baja con el fin de montar un espectáculo chabacano y vergonzoso que, sin duda, lo que sí fomenta es ¡aún más! la fiebre del poder adquisitivo y el consumo. Señor Serrador, por favor, deje la ya maltrecha literatura en paz. Si tanto le interesa la letra impresa, y puestos a seguir fomentando la telebasura, ¿no le daría lo mismo tomar como eje del programa la prensa del corazón?

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