Entrevista:JOSÉ MARÍA FIGUERES | Copresidente del Foro Económico Mundial de Davos

"La nube gris oscura de Irak sigue pesando"

José María Figueres, 49 años, co-director ejecutivo del Foro Económico Mundial de Davos, y su equipo han conseguido atraer este año a la reunión anual de la ciudad de Davos, Suiza (del 21 al 25 de enero), a un número de ministros y líderes de Europa mayor al que habitualmente figura entre los 2.000 participantes. La "asociación para la seguridad y la prosperidad" es el tema central que los líderes y expertos se aprestan a debatir. España sigue siendo un hueso duro de roer. Han confirmado su participación el vicepresidente primero, Rodrigo Rato; la ministra de Exteriores, Ana Palacio, y el líde...

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José María Figueres, 49 años, co-director ejecutivo del Foro Económico Mundial de Davos, y su equipo han conseguido atraer este año a la reunión anual de la ciudad de Davos, Suiza (del 21 al 25 de enero), a un número de ministros y líderes de Europa mayor al que habitualmente figura entre los 2.000 participantes. La "asociación para la seguridad y la prosperidad" es el tema central que los líderes y expertos se aprestan a debatir. España sigue siendo un hueso duro de roer. Han confirmado su participación el vicepresidente primero, Rodrigo Rato; la ministra de Exteriores, Ana Palacio, y el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. "Hemos intentado que Mariano Rajoy estuviera presente, pero no ha sido posible", confiesa Figueres. He aquí la conversación que mantuvo ayer con este periódico.

Pregunta. La encuesta de 43.000 entrevistas que organiza el foro como aperitivo del encuentro es terrorífica. La gente se siente "amenazada, impotente y pesimista". ¿Ha aumentado la incertidumbre en este año?

Respuesta. En efecto, es así. La encuesta demuestra que la gente se siente más insegura hoy. Recoge la sensación de que la próxima generación vivirá en un mundo mucho menos seguro. Al mismo tiempo, se percibe una gran inquietud acerca de la prosperidad y las posibilidades de mejorar el nivel de vida. No me cabe ninguna duda de que estas sensaciones son consecuencia directa de los acontecimientos que hemos vivido en el campo geopolítico. Y, durante este año, han sido el resultado de la guerra de Irak. Esta percepción pesimista no tiene por qué transformarse en realidad. En el foro sentimos que tenemos la oportunidad de evitar que sea así.

P. La seguridad es, en el planteamiento de Davos, ¿una condición para la prosperidad? Esto es, ¿la lucha contra el terrorismo, por ejemplo, es el presupuesto básico?

R. La encuesta nos dice que la seguridad y la prosperidad son dos caras de la misma moneda. Una no marcha sin la otra. Hay que trabajar sobre estos dos cuestiones al mismo tiempo. Podemos dar un paso más adelante. A quienes piensan que primero debemos alcanzar la seguridad como condición para conseguir la prosperidad, nosotros les decimos que la falta de prosperidad es uno de los principales detonantes de la falta de seguridad. Sobre este binomio hemos montado la reunión.

P. La posible guerra de Irak fue el tema estrella de la reunión de 2003. ¿Piensa usted que la incertidumbre ha acabado después de la guerra? ¿Qué se ha podido advertir en los trabajos preparatorios de esta reunión?

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R. La verdad es que en muchas de las reuniones y contactos que hemos tenido el asunto de Irak sigue siendo una gran nube que pesa sobre la opinión de líderes, ministros, políticos y economistas.

P. ¿Quiere decir una nube negra?

R. Sí. Una nube, por lo menos, de color gris oscuro. La gran mayoría no ve con claridad una salida. ¿Qué más le puedo decir?

P. El esfuerzo de la Administración Bush por tener una participación relevante en 2003 fue evidente con la presencia del secretario de Estado, Colin Powell. ¿Cuál es el perfil de la reunión de 2004?

R. Este año tendremos una presencia europea importante.

P. Que estuvo ausente el año pasado...

R. Que, en efecto, faltó en 2003. Tanto de dirigentes políticos como de líderes empresariales. Podemos decir que hay un mayor equilibrio este año entre líderes de Europa y EE UU. Y, claro, este año hemos invitado a la misma gente. Por tanto, ha habido una mejor respuesta europea. También ha sido mejor la acogida de dirigentes del mundo desarrollado que el pasado año, por lo que vamos a conseguir un mejor equilibrio con los representantes de países en vía de desarrollo. Y, por último, también habrá un mayor protagonismo de consejeros delegados de empresas, lo que redundará en un mejor equilibrio con los líderes de otros sectores.

P. El pasado año, hubo 11 presidentes de países de América Latina. ¿Cómo será este año?

R. Habrá un número menor de jefes de Estado, ya que estarán presentes los presidentes de Argentina, Ecuador y Perú. Pero hay dos cosas importantes: habrá ministros y gobernadores de bancos centrales de los principales países latinoamericanos y, además, contaremos con la presencia de líderes empresariales. Ha habido más interés este año en la comunidad de negocios que en la comunidad de los políticos. Esto, también, refuerza la idea de que persiste la incertidumbre.

P. La recuperación económica avanza, pero a ritmo lento. ¿Cree que la caída del dólar puede crear problemas serios en Europa?

R. Por supuesto que el tema de la seguridad y la prosperidad que proponemos forma parte de la gran agenda de volver a impulsar el crecimiento económico. Y pesa mucho lo que está ocurriendo en los mercados de cambio. Si la baja del dólar continúa ello tendría serias consecuencias sobre la economía global. Tampoco vemos que esta tendencia pueda variar. Porque la situación macroeconómica en EE UU no va a cambiar en un año de elección presidencial. El comercio va a ser uno de los grandes asuntos en esta reunión, así como los nuevos riesgos empresariales y la innovación.

José María Figueres.

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