El Gobierno advierte a Philips de que si cierra su planta podría no usar sus productos

El consejero Rañé recuerda a la multinacional que la Generalitat es uno de sus mejores clientes

El consejero de Trabajo e Industria del Gobierno catalán, el socialista Josep Maria Rañé, advirtió ayer de que la Generalitat podría dejar de comprar material a Philips si la compañía no ofrece una solución satisfactoria a los 100 trabajadores de su planta de La Garriga (Vallès Oriental), la antigua Novalux, que se quedarán sin empleo por el cese de las actividades en junio de 2004, según anunció la multinacional holandesa el pasado viernes.

En declaraciones a la emisora pública Catalunya Informació, Rañé indicó que Philips "es un gran proveedor de las administraciones públicas y, por t...

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El consejero de Trabajo e Industria del Gobierno catalán, el socialista Josep Maria Rañé, advirtió ayer de que la Generalitat podría dejar de comprar material a Philips si la compañía no ofrece una solución satisfactoria a los 100 trabajadores de su planta de La Garriga (Vallès Oriental), la antigua Novalux, que se quedarán sin empleo por el cese de las actividades en junio de 2004, según anunció la multinacional holandesa el pasado viernes.

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En declaraciones a la emisora pública Catalunya Informació, Rañé indicó que Philips "es un gran proveedor de las administraciones públicas y, por tanto, entenderá que su actuación, no sólo por ética, sino también por inteligencia empresarial, no ha de dejar molesto a uno de los clientes públicos más importantes que tiene en España, que es la Generalitat".

El negocio de Philips en el mercado ibérico -la compañía jamás ha facilitado, ni siquiera a los comités de empresa, según denuncian fuentes sindicales, los estados contables de sus fábricas en España-, incluida su actividad en Portugal, fue en 2002 de 981 millones de euros, con una caída del 12% con relación al ejercicio anterior, aunque registró un beneficio operativo de 20 millones de euros, el 17,6% más.

La multinacional holandesa achaca el cierre de la antigua Novalux a la "progresiva reducción" de la demanda de los productos fabricados en La Garriga (lámparas empotrables y regletas para uso industrial), a su "permanente reemplazo" por otras gamas internacionales en los últimos años y a la "falta de competitividad" en los mercados europeos a causa del "pequeño tamaño" de esa planta vallesana.

El Gobierno catalán esperará a ver cómo evolucionan las negociaciones entre empresa y trabajadores, que se iniciarán esta semana, pero también exigirá que Philips recoloque al centenar de trabajadores despedidos e invierta en la zona para "devolver una parte de sus beneficios a la sociedad que les ha apoyado".El viernes pasado, tras comunicarse la noticia, Rañé ya instó a Philips a "asumir su responsabilidad social" y a colaborar en la búsqueda de fórmulas que permitan la "reubicación" del centenar de trabajadores afectados.

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Si bien el nuevo consejero de Trabajo e Industria, militante de la UGT desde los 22 años, es partidario de "no subvencionar a empresas sin solución si se llega tarde, sino de cerrarlas con orden", también advierte: "Un adiós a la brava no lo pondremos fácil", según declaró en una entrevista concedida a este diario antes de Navidad (véase EL PAÍS del 24 de diciembre de 2003).El sindicato CC OO ha advertido de que el de Philips podría no ser el único caso de cerrojazo o reconversión por parte de una multinacional de la electrónica en Cataluña, puesto que el sector atraviesa un momento "delicado" por la superación de los tubos catódicos por otras tecnologías que permiten la fabricación de televisores de pantalla plana, entre otros aspectos.

Esta migración podría afectar, por ejemplo, a la actividad que la multinacional japonesa Sharp desarrolla en Sant Cugat del Vallès o a la fábrica de la Zona Franca de Barcelona de la antigua Miniwatt (hoy denominada Barayo), que fue vendida en abril pasado, precisamente por Philips, al grupo financiero holandés Business Creation.

De hecho, el propio comprador de Miniwatt admitió, nada más formalizar la compra de la empresa, que la fabricacíon de tubos catódicos no tiene futuro más allá de dos años.

Por todo ello, el dirigente de CC OO de Cataluña Pere Colell ha pedido al Ejecutivo catalán que se anticipe a una más que probable crisis del sector de la electrónica de consumo en Cataluña con la creación de un observatorio del sector a través de una mesa de trabajo con la Administración, los sindicatos y la patronal. Entre otras multinacionales, Sony, Samsung, Braun y Pioneer desarrollan también parte de su actividad en Cataluña.

En este sentido, el consejero de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, afirmó ayer que en 2004 algunas empresas (no especificó el sector) tendrán problemas si no "hacen los deberes", aunque fue optimista en cuanto al funcionamiento global de la economía. Rañé considera que la economía catalana tiene que buscar la competitividad en la innovación, la calidad, la productividad y el alto valor añadido, y no en los bajos salarios, ya que los países de Europa del Este que entren en la Unión Europea superarán a Cataluña en este aspecto.

Sanciones a Fecsa-Endesa

Por otra parte, el consejero también aseveró que algunas "condiciones objetivas" apuntan a que se sancionará a la compañía eléctrica Fecsa-Endesa por el apagón que sufrió la Val d'Aran durante las Navidades. Sin embargo, se mostró prudente y explicó que hay que esperar a que la propia compañía se defienda, tal como establece el propio expediente sancionador.

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