Reportaje:

El sentido de un regalo

El Artium ha organizado unos talleres didácticos para que los niños recuperen el significado del obsequio

Ibon se emplea con el barro con la pericia del artista que sabe que está creando un objeto único. En este caso, el pequeño hincha del Alavés, como muestra su bufanda albiazul, modela un sencillo amuleto colgante que tendrán que compartir sus padres, destinatarios del obsequio. El regalo, humilde, pero único e inimitable, ha sido posible gracias a los talleres Horra, horra gure museoa...!, la propuesta del Artium para los más pequeños durante estas Navidades.

Desde su inauguración en abril de 2002, una de las apuestas de este centro de arte ha sido y es la difusión didáctica del a...

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Ibon se emplea con el barro con la pericia del artista que sabe que está creando un objeto único. En este caso, el pequeño hincha del Alavés, como muestra su bufanda albiazul, modela un sencillo amuleto colgante que tendrán que compartir sus padres, destinatarios del obsequio. El regalo, humilde, pero único e inimitable, ha sido posible gracias a los talleres Horra, horra gure museoa...!, la propuesta del Artium para los más pequeños durante estas Navidades.

Desde su inauguración en abril de 2002, una de las apuestas de este centro de arte ha sido y es la difusión didáctica del arte contemporáneo, sobre todo entre los más pequeños, desde el departamento dirigido por Charo Garaigorta. Pero en estas vacaciones de invierno, características por el despilfarro y el consumo irreflexivo, la oferta ha ido más allá de la pura creación artística y trata de reivindicar el sentido original del obsequio.

Para ello, los participantes en el taller tienen que modelar un pequeño objeto de barro, "un amuleto que contenga todos los buenos deseos de quien lo ha creado hacia la persona a la que va dirigida el regalo", explicaba ayer Mari Fran Machín, coordinadora de Educación y Acción Cultural. El obsequio va acompañado de una etiqueta que sustituye al precio y en la que se escriben los motivos por los que se realiza este presente único.

Una idea, en principio, fácil de llevar a la práctica. Alesandra, por ejemplo, amasaba ayer el barro con habilidad para crear un corazón con una mariposa que le quedó de primera. Pero, en la etiqueta, aunque no aparecía el precio, no faltaba la referencia involuntaria al dinero: además de felices fiestas, Alesandra deseaba a sus padres que les tocara la lotería. Ardua tarea la de las pedagogas del Artium para cambiar el sentido pecuniario de la Navidad.

Pero la intención es lo que cuenta, y los niños que ayer participaron en los talleres entendieron a la primera el sentido "Horra, horra, gure museoa...!: recuperar el significado primero del regalo, cuando en las sociedades primitivas los individuos intercambiaban cosas, pequeñas piezas de arte fabricadas o recogidas en la Naturaleza a las que atribuían poderes mágicos. Estos amuletos únicos servían también para comunicar sentimientos de afecto a la persona a la que iban dirigida. Por lo que contaban ayer Ibon o Alesandra de sus presentes, las virtudes mágicas y sentimentales estaban más que claras. No todo está perdido.

Además de este regreso al regalo primigenio, estos talleres también quieren reivindicar las virtudes de los materiales. "Se trata de huir de la idea de los trabajos manuales llenos de brillatinas y muchos objetos llamativos, donde los propios materiales se tratan de una manera irreflexiva", comenta Mari Fran Machín.

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Los talleres, destinados a niños de 6 a 11 años, continúan hoy, sábado, y mañana, domingo, en horario de 12 a 14 y de 17.30 a 19.30. La entrada es gratuita para los más pequeños.

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