La carga radiactiva de una caja obliga a activar el plan de emergencia del aeropuerto de Manises

Un cilindro con una sustancia para medicina nuclear cayó en la operación de descarga

El aeropuerto de Manises, en Valencia, activó ayer su plan de emergencia interno ante el riesgo de fuga radiactiva al dañarse una caja de plomo transportada desde Holanda, vía Madrid, que contenía un cilindro con un radioisótopo de yodo 123, utilizado en medicina nuclear para la prevención y radioterapia de cáncer. Alrededor de las 9.40 la caja que protegía el cilindro cayó al suelo desde la máquina elevadora en la que era transportada hacia una nave.

Una etiqueta amarilla en forma de rombo con la referencia "categoría 2" alertaba del riesgo de la sustancia que encerraba una caja de car...

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El aeropuerto de Manises, en Valencia, activó ayer su plan de emergencia interno ante el riesgo de fuga radiactiva al dañarse una caja de plomo transportada desde Holanda, vía Madrid, que contenía un cilindro con un radioisótopo de yodo 123, utilizado en medicina nuclear para la prevención y radioterapia de cáncer. Alrededor de las 9.40 la caja que protegía el cilindro cayó al suelo desde la máquina elevadora en la que era transportada hacia una nave.

Una etiqueta amarilla en forma de rombo con la referencia "categoría 2" alertaba del riesgo de la sustancia que encerraba una caja de cartón de 15 centímetros por 15 centímetros que contenía otra de plomo con un cilindro de 2,5 mililitros de isótopo de yodo 123. El paquete, desembarcado hacia las 9.30 de un avión de línea regular procedente de Madrid en el aeropuerto de Manises y con destino al hospital La Fe, cayó desde la máquina elevadora que lo transportaba, junto a otros cuatro envíos, a la nave en la que debía esperar a ser retirado. A simple vista se apreciaba el deterioro a consecuencia del golpe.

La autoridad del aeropuerto de Manises activó el plan de emergencias, movilizando a efectivos de Guardia Civil, Policía Nacional, bomberos y ambulancias al punto del incidente. Al tiempo, fue avisado José Peiró, técnico en radiología, adscrito a la dirección general de Interior, para inspeccionar la posible emisión de radiación. "Lo más urgente era determinar si efectivamente había habido una fuga". Peiró llegó al aeropuerto hacia las 11.00. Con guantes y un detector inspeccionó primero los alrededores de la nave -que permanecieron acordonados por los efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado- y después el punto en el que se encontraba el cilindro.

El examen del técnico se prolongó durante más de 40 minutos. De su inspección concluyó que "la radiación que emitía el paquete con el vial cilíndrico después de la caída, y a pesar de que la caja estaba visiblemente golpeada, era la que normalmente desprende el isótopo radiactivo, 10 microrem por hora, lo que se encuentra entre los parámetros normales". Peiró aseguró que la revisión a la que ayer sometió tanto la nave que albergó la caja como el propio paquete se ajustó al protocolo con precisión, dado que la sustancia entraña un riesgo perfectamente señalizado. Sobre el transporte de la misma, consideró que había sido correcto.

Un hospital como La Fe puede recibir hasta tres veces por semana una caja como la de ayer, que procedía de Holanda, dado que no se puede almacenar en el centro médico. El paquete que hizo saltar las alarmas fue trasladado a Madrid por la tarde, donde lo recogerá la empresa holandesa que lo envió.

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